Con el formato actual, que cada liga tiene un numero de plazas que dan acceso directo o a través de una fase previa, según su potencial.
La Liga, Premier, Bundesliga y Serie A tienen derecho a 4 plazas de Champions. Otros campeonatos mas modestos como el de Francia, tienen 2 con opción a una tercera y así hasta casos como el de Rumanía o Grecia, en el que solo su campeón tiene acceso a la fase previa da la competición.
A día de hoy es posible, y podría decirse que, hasta probable, ganar la Champions sin ser campeón doméstico. Sirva de ejemplo el Liverpool, que ganó su última premier en 1990, y desde entonces ha jugado 4 finales de Champions y conquistado dos orejonas. También el Real Madrid, que desde 2014 ha ganado 4 Champions y tan solo una Liga (16-17).
En la extinta Copa de Europa, solo había una posibilidad de ganarla sin haber sido campeón de Liga. Accediendo al torneo a través de la plaza que se otorgaba al vigente campeón, esto hacía prácticamente imposible que alguien consiguiese más Copas de Europa que Ligas, pero hay una excepción.
El modesto Nottingham Forest, un habitual de la Segunda inglesa, lo que hoy se conoce como First Division, contrató al polémico y controvertido Brian Clough en mitad de la temporada 74-75.
Genio y figura
Autonombrado «The Special One» contaba con una amplia experiencia en los banquillos con logros reseñables, como el ascenso del Derby Country a la máxima categoría, tras diez temporadas en Segunda.
Seguramente con ese aval habría sido suficiente, pero por si esto fuera poco, bajo sus órdenes “The Rams” consiguieron conquistar la Liga por primera vez en 1972. Por si esto fuera poco, llegaron hasta semifinales de Copa de Europa la temporada siguiente.
Clough era todo un carácter, podríamos decir que fue el Mourinho antes de Mourinho. Cada vez que podía representaba su personaje. Soberbio. Altivo. Prepotente ante los medios, pero dentro del vestuario era un líder natural con una capacidad sobrenatural para motivar a sus jugadores.
Aquellos últimos meses de la primera temporada en Nottingham, sentó las bases de lo que quería que fuera su equipo y consiguió salvar la categoría, pasando más de un apuro.
Pronto se rodeó de gente que conocía, como su asistente habitual Peter Taylor y 2 ex pupilos que había arrastrado desde sus inicios hasta su llegada al Leeds, John McGovern y John O’Hare. Su idea fue tomando forma y lograron el ascenso en la 76-77.
La «Red Tartan Army»
En su regreso a la élite, como suele ser habitual se reforzó con jóvenes promesas y jugadores aparentemente en el ocaso de su carrera.
Así fueron llegando el joven guardameta Peter Shilton, otro de sus ex pupilos, Archie Gemmill y su jugador fetiche, John Robertson, que pasó de ser un inquilino habitual del banquillo con el cartel de transferible, a convertirse en la pieza clave en el esquema de Clough.
El habilidoso y veloz extremo escocés le agradeció su apuesta a “Old Big Ead” con un rendimiento espectacular en el campo.
Clough y Taylor, se conocían desde su etapa como jugadores y desarrollaron juntos la carrera en los banquillos casi en su totalidad, por lo que se puede afirmar que los méritos de uno son también en parte por culpa del otro.
Taylor tenía un sexto sentido especial para encontrar diamantes en bruto y solía ser quien recomendaba los fichajes. Clough se encargaba de las labores más propias de entrenador. Sistemas, alineaciones y sobre todo el trabajo psicológico. Convirtió la motivación en su arma secreta.
En cuanto al juego fue todo un visionario, convirtiéndose en la antítesis del futbol británico. Aborrecía el juego directo y el pelotazo. La posesión de la pelota y el juego elaborado eran sus señas de identidad.
Llegan los éxitos
La temporada 77-78 fue gloriosa para el Nottingham Forest, la mejor hasta la fecha, consiguiendo el doblete, su primer (y único) campeonato de Liga y la Copa de la Liga.
En la First Division, un recién ascendido consiguió lo inimaginable, el campeonato, aventajando en 7 puntos al Liverpool. Ese todopoderoso conjunto «Red» que había alzado con la Copa de Europa la campaña anterior (76-77) y revalidó su corona continental ese mismo año (77-78)
En la Copa, hicieron otra machada imponiéndose también al «Pool» en la final a doble partido. Como broche final vencieron al Ipswich Town en la Community Shield.
Todo hacía pensar que lo conseguido la temporada anterior por los «Tricky Trees» (Para Gutxi, árboles astutos) era insuperable, aunque confiaban en realizar una buena campaña. No sabían cuanto se equivocaban…
El vigente campeón y debutante en máxima competición continental, contrató al delantero del Birmingham, Trevor Francis, por la mareante cantidad de 1 millón de libras. Lo que supuso que el club fuera sancionado por la UEFA con 3 meses sin que dicho jugador pudiera disputar la competición. Algo similar al fair play financiero de hoy en día.
En liga permanecieron invictos hasta diciembre, o lo que es lo mismo 42 partidos consecutivos sin conocer la derrota, récord vigente hasta 2004. Aunque no consiguieron revalidar el título, que esta vez sí, cayó en manos de los “Reds”.
Donde si fueron capaces de repetir victoria fue en la copa de la Liga(78-79).
Expandiendo el imperio del Nottingham Forest
En Copa de Europa para sorpresa de todos, los «rookies» dieron la cara en cada partido. En su debut se enfrentaron a un viejo conocido. El vigente campeón. Liverpool. Les apearon haciendo valer su 2-0 en la ida y aguantando el 0-0 en Anfield.
La siguiente ronda, otro invitado sorpresa, el FC Colonia de Schumacher, Schuster y Müller se convirtió en un hueso duro de roer, logrando empatar en City Ground. Aquí entro en juego la perspicacia de Clough.
Durante la charla previa al partido de vuelta, en territorio teutón, el míster dio una charla triste a la par que emotiva en la que agradecía el esfuerzo a sus jugadores y les habló en pasado del sueño que había sido jugar dicha competición. Algo así como, fue bonito mientras duró y hasta aquí hemos llegado.
La charla tuvo el resultado esperado. El equipo salió picado ante las supuestas dudas del entrenador en sus posibilidades de lograr la victoria. Se impusieron 0-1 con una memorable actuación de Shilton. En la final se midieron al Malmö en Munich.
Esta final no entraba en ninguna de las quinielas a principio de temporada y si bien los dos eran debutantes las casas de apuestas daban cierta ventaja a los ingleses. Los «Tricky Trees» podrían contar por primera vez con su flamante fichaje Trevor Francis, que había sido sancionado y sufrido una grave lesión.
Fue la antítesis del fútbol vistoso, sin juego, ni brillo, los ingleses se llevaron el gato al agua. En el ocaso de la primera parte Trevor Francis hacía bueno un centro lateral de Robertson y de un cabezazo alojaba el balón en las mallas suecas.
¡¡A por la segunda!!
A partir de ese momento nadie volvió a cuestionar el millón de libras pagador por el capricho de un loco llamado Brian Clough. Por entonces el fichaje más caro de la historia en Inglaterra.
Como vigente campeón, consiguió plaza para intentar revalidar el título continental en la edición 1979-1980. Una vez más los ingleses volvían a tener dos representantes en la competición. Pero por poco tiempo, ya que, el «Pool» volvía a caer en primera ronda como el año anterior.
El Nottingham Forest empezaba como había acabado la temporada anterior, venciendo al equipo sueco de la competición, aunque en esta ocasión sería el Östers. En octavos se vieron las caras con el Argeş Piteşti de Rumanía, al que apearon sin dificultad.
En cuartos de final el Dinamo de Berlín se imponía 0-1 en City Ground obligando otra vez a remontar la eliminatoria a domicilio frente a un equipo germano, aunque esta vez de la RDA. «El Bosque» se impuso 1-3 gracias a la formidable dupla Robertson-Francis.
En la antesala de la final se vieron las caras con el Ajax de Ámsterdam. Un duelo entre dos equipos que apostaban por el buen trato de balón, aunque con estilos diferentes.
Para rememorar viejas hazañas Shilton se puso de nuevo la capa héroe y llevó en volandas al equipo a su segunda final consecutiva.
El Hamburgo. Su rival en esta ocasión. Contaba con Kevin Keegan, formidable delantero ex del Liverpool, mientras que los «Tricky Trees» llegaban al Bernabéu con algunas ausencias sensibles, aunque preocupaba especialmente la baja por lesión de Trevor Francis, el héroe de Munich.
De Madrid al cielo
El Santiago Bernabeu sería el escenario de un partido entre dos equipos atenazados por la responsabilidad, en el que sus entrenadores antepusieron la cuestión táctica sobre la imaginación y la improvisación.
En ausencia de Francis, sería Robertson quien, tras una jugada algo enmarañada, lograba sacar un disparo, que pegaba en la base del poste y se colaba en la meta del Hamburgo haciendo inútil la estriada de Rudi Kargus.
Desde que los ingleses se adelantaron mediado el primer tiempo, el partido se convirtió en un monólogo teutón. Los «Trees» se defendían cual gato panza arriba y cuando lograban superar su férrea defensa Peter Shilton se convertía en un muro infranqueable.
El marcador no se movió y el Nottingham Forest volvía a coronarse por segunda vez consecutiva, convirtiéndose en el único club que tiene en sus vitrinas más Copas de Europa que Ligas.
El final del sueño
El declive deportivo de ese equipo tuvo mucho que ver con la ruptura del binomio Clough-Taylor. En 1980 tuvieron una bronca por la publicación sin previo aviso de la biografía de Taylor, lo que enfadó mucho a Clough y se distanciaron.
Al finalizar la temporada 81-82, Taylor decidió abandonar el barco para dirigir al Derby County. Al año siguiente el Derby County fichó a John Robertson, supuestamente a espaldas de Clough, que interpretó aquel fichaje como la peor de las traiciones
Fue la ruptura definitiva de los otrora compañeros y amigos. Taylor falleció en 1990 y Clough lloró amargamente su muerte y desde entonces le rindió tributo en cada premio que recibió, además de dedicarle su biografía. Desde su “divorcio” ninguno volvió a alcanzar el éxito.
Para que veáis que Luis Enrique y Robert Moreno no son los primeros amigos de banquillo en enfadarse.
2 comentarios
Excellent post. I’m experiencing some of these issues as well..