«En aquel vestuario no se habló de fútbol en todo el año, y así es imposible competir. Estábamos sentenciados desde el principio»
Kiko Narváez, tras el descenso del Atlético de Madrid
«En aquel vestuario no se habló de fútbol en todo el año, y así es imposible competir. Estábamos sentenciados desde el principio»
El padre del «bilardismo», a pesar de la imagen que se tiene de él, es un estudioso del fútbol. Un erudito, pero sin esa pátina filosófica que reviste a otros entrenadores, principalmente por su pragmatismo.
El «Narigón» nunca ha ocultado que lo único que importa es ganar, dejando en segundo plano el resto de aspectos o considerándolos meros medios para un fin, la victoria.
Un técnico de los que trabaja todas las facetas del fútbol, aplicando un método científico a todo lo que hace, sin dejar nada al azar, incluso aquello que no se puede controlar. Si Menotti es un filósofo del fútbol, Bilardo es un científico.
Dr. Carlos Salvador Bilardo en el Mundial de México ’86 (Fuente: www.cope.es)
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