De esas cinco decepciones para el fútbol español la más surrealista y, en la que menos culpa tuvieron los futbolistas fue en la de 1954. Literalmente no perdieron sobre el terreno de juego. Les impidió jugar la Copa del Mundo la “mano inocente” de Franco Gemma.
Es jugar a fútbol ficción pero los españoles podían haber hecho un gran papel, ya que, tenían un auténtico equipazo con los Kubala, Puchades, Gaínza, Venancio, Escudero o Arteche entre otros.
La suerte es para Turquía
España quedó encuadrada en el grupo de clasificación junto a la URSS y Turquía. Los primeros renunciaron a participar por la muerte de Stalin, por lo que se decidió en una eliminatoria a doble partido entre españoles y otomanos., que hasta ese momento solo se habían enfrentado en un amistoso que terminó sin goles dos años antes.
La ida se disputó el Día de Reyes en Chamartín y los locales se impusieron 4-1 gracias a los goles de Venancio, Gaínza, Miguel y Alsúa. Dos meses después los turcos ganaron por la mínima en Estambul con un tanto de Sargin Burhan. No se tenía en cuenta la diferencia de goles, ambas victorias valían por igual, por lo que debían disputar el desempate en campo neutral.
La cita fue el 17 de marzo de 1954 en el Olímpico de Roma. Los españoles se adelantaron en los primeros minutos con un gol de Arteche, pero Burhan (38’) y Mamat (63’) le dieron la vuelta al marcador. El tanto de Escudero en el tramo final supuso el definitivo 2-2.
En la prórroga no se movió el marcador y tampoco existían las tandas de penaltis. El criterio para desempatar era lanzar una moneda al aire o sacar papeletas de una urna.
Los dirigentes de la FIFA eligieron la segunda opción, levantaron de su butaca al bueno de Franco Gemma, hijo de un directivo italiano, e improvisaron allí mismo el sorteo. El azar deparó que los turcos acudieran a la quinta edición de la Copa del Mundo y la Federación Turca muy agradecida entregó una insignia a aquel bambino.
En su primer Mundial los otomanos golearon a Corea del Sur 7-0, perdieron contra Alemania 4-1 y cayeron eliminados tras perder 7-2 en el desempate también ante los germanos.
El telegrama de Kubala
Otro de los hechos sospechosos que rodearon aquel duelo entre españoles y turcos sucedió escasos minutos antes del partido de desempate. Llegó a la expedición española un telegrama supuestamente de la FIFA que les aconsejaba no alinear a Ladislao Kubala a riesgo de una dura sanción.
No comprendían nada, ya que, el futbolista de origen húngaro ya había disputado un encuentro en aquella eliminatoria. Aún así acataron la “recomendación” y no jugó por miedo a ser descalificados. Para la leyenda negra queda que nunca se pudo demostrar la autoría de dicho telegrama.
Seis años después de aquella “mano inocente”, fue otro Franco, Francisco, quien privó a España de acceder a otro gran torneo, la Eurocopa. El dictador no dejó al combinado español disputar su encuentro contra la URSS para meterse en la primera edición del torneo de selecciones del Viejo Continente.