1959 fue sin duda el año más frenético en la carrera deportiva de Pelé. El crack brasileño disputó la friolera de 103 partidos en 365 días.
Una media de un encuentro cada tres días en los que logró 127 tantos, entre ellos su famoso “gol de los cuatro sombreros”.
Tras la conquista de la primera Copa del Mundo para Brasil durante el verano de 1958, en la que Pelé se lució en la final con un magnífico doblete, se convirtió en una estrella mundial que todo el mundo quiso “explotar”.

Pelé en 1959 (Fuente: www.marca.com)