No llegó a tiempo a la convocatoria del Sporting de Gijón y vivió una auténtica odisea para llegar al partido que jugaban aquella jornada en Cádiz.
Estaba siendo uno de los fijos en el once del cuadro gijonés, pero obviamente aquel día se cayó del equipo titular que formó de inicio en el Ramón de Carranza.
“El Pichón de Roces”, que afrontaba su segunda temporada en el equipo de su tierra, tenía un talento descomunal, pero era un poco díscolo, lo que provocó su constante intermitencia. Chispazos de genio entremezclados con importantes lagunas.
Su vida, una vez retirado de los terrenos de juego ha sido un camino bastante tortuoso, que le ha llevado incluso a dar con sus huesos en la cárcel.
Ya durante su etapa como futbolista Juanele protagonizó algunos episodios cuando menos curiosos. Este, en el marco del Cádiz vs Sporting de 1992 es completamente delirante y marcó la carrera del futbolista asturiano.
El incidente
913 kilómetros separan Gijón y Cádiz, lo que significa atravesar el país de norte a sur en un trayecto que se alarga durante 8 horas y 33 minutos por carretera.
A la hora fijada para el viaje Bert Jacobs se encontró con que uno de sus delanteros titulares no aparecía por ninguna parte. Y no era cualquier día. Jugaban un partido de vital importancia para los asturianos frente a un rival directo por la permanencia.
Dos horas después amaneció el bueno de Juanele, que apresurado llamó a un taxi con el que viajó durante cinco horas para unirse a la expedición del Sporting que ya estaba en Madrid.
La broma le costó alrededor de 52.000 pesetas al joven futbolista. Una bendición para el afortunado taxista y unas risas para sus compañeros de equipo.
Pese al perdón del técnico holandés, que le permitió entrar en la convocatoria, su puesto en el equipo lo ocupó José María Cela.
La revolución de Juanele
Los asturianos se adelantaron muy pronto gracias al gol de otro de los componentes de la conocida como «Quinta de los Yogurines», Javier Manjarín, pero los locales remontaron en la segunda parte gracias a los tantos de Barla y Arteaga.
Era el momento de Juanele. Saltó al campo en el 77’ y en apenas 13 minutos puso patas arriba aquel Cádiz vs Sporting.
5 minutos después de su salida igualó el choque y en el último minuto provocó la falta que el búlgaro Georgi Iordanov transformó con un cañonazo para dar la victoria a los visitantes.
Aquel día que empezó torcido, fuera de la convocatoria por dormirse y gastándose un dineral en taxi, terminó felizmente para el “Pichón de Roces”, héroe de la remontada sportinguista.
Talento desaprovechado
Juanele jugó en el Sporting hasta 1994. En Primera División visitó la camiseta del CD Tenerife y Real Zaragoza, con el que ganó la Copa del Rey en dos ocasiones .
“El Pichón” tenía una clase descomunal en sus piernas, para muchos uno de los mayores talentos salidos de la cantera de Mareo en toda su historia.
Llegó a ser internacional con la selección española pero Juanele ha vivido siempre en el alambre y aunque su carrera no fue mala podía haber sido mucho mejor de haber tenido mejor amueblada la cabeza.