El título estaba en un pañuelo con la Real Sociedad en cabeza con 42 puntos, los dos equipos madrileños inmediatamente después con 41, mientras que la cuarta y quinta plaza la ocupaban Valencia CF y FC Barcelona aún con opciones.
Pese a lo que había en juego, aquella tarde del 19 de abril de 1981 la afición colchonera no iba a estar apoyando a su equipo en el campo del eterno rival. En su gran mayoría se fueron a merendar al Manzanares.
Os preguntaréis el porqué de esta extraña decisión. Su principal motivación era un profundo descontento con las actuaciones arbitrales.
Jaleos en el palco
Durante el verano de 1980 Alfonso Cabeza había sustituido a Vicente Calderón como presidente del Atlético de Madrid tras 16 años en el cargo.
Médico forense de profesión, siempre ha sido un hombre vehemente, sin pelos en la lengua y sobre todo profundamente atlético. Fue el encargado de llevar a Hugo Sánchez a la ribera del Manzanares en el verano de 1981.
Durante su breve periplo en el palco del Vicente Calderón tuvo sus más y sus menos con periodistas, dirigentes y colegiados. No era una época fácil para los colchoneros, hasta arriba de deudas y en plena transición deportiva.
Aún así la temporada fue bastante bien para el equipo, manteniéndose en los puestos punteros de la tabla (fue campeón de invierno) y llegando al tramo final con opciones de levantar su novena Liga.
El equipo navegaba aparentemente en aguas tranquilas, mientras su presidente iba de charco en charco durante toda la campaña. Llegó a asegurar que formaría parte del once titular si el equipo era matemáticamente campeón antes del último partido ante Osasuna.
El estallido
Perdieron su ventaja en la tabla tras las derrotas a domicilio frente a RCD Espanyol y Sporting de Gijón y un empate en casa ante la UD Salamanca. Partidos rodeados de polémica arbitral, que no paraba de airear en los medios el presidente colchonero .
Real Sociedad y Real Madrid ya echaban el aliento en el cogote a los rojiblancos en un sprint final apasionante.
Faltaban cuatro jornadas para la conclusión del campeonato y un Real Zaragoza en tierra de nadie visitaba la ribera del Manzanares.
Los colchoneros mandaban en el marcador desde el minuto 10 con un tanto de Ruiz, pero la segunda mitad iba a ser muy movidita.
El conjunto maño se empleó con dureza y nada más comenzar el encuentro Rubén Cano se tuvo que retirar lesionado, pero los jugadores expulsados fueron del equipo local, Marcos Alonso y Robi.
Incluso el técnico de los “blanquillos”, Leo Beenhakker, se mostró muy sorprendido en rueda de prensa por la actitud tan agresiva de sus jugadores.
Para ahondar en la herida colchonera entre el 72’ y el 86’ los goles de “Pichi” Alonso y Jorge Valdano le dieron la vuelta al marcador, apretando aún más si cabe el campeonato.
Los ánimos estaban muy caldeados. Entre cánticos de “Así, así, así gana el Madrid” comenzó una incesante lluvia de almohadillas en los últimos minutos del encuentro.
Todo terminó en connato de invasión, vallas arrancadas, agresiones y altercados que tuvieron que sofocar los antidisturbios y que supusieron la clausura del Calderón para el siguiente partido.
“Boicot” al derbi
En la siguiente jornada el Atleti no pasó del empate en Mestalla, resultado que unido a las victorias de donostiarras y merengues les dejaba la Liga en chino.
En estas llegó el derbi madrileño de la penúltima jornada. El derbi de la tortilla. Con un mosqueo monumental y pese a que las opciones de ser campeones seguían vigentes, el presidente rojiblanco contraprogramó a su propio equipo.
A la hora fijada para el encuentro, 5 de la tarde, convocó a sus aficionados con pinchito de tortilla y bota de vino en mano a sentarse plácidamente en la ribera del Manzanares a escuchar el partido por la radio, ya que, según sus palabras: “Les iban a robar seguro”.
Acudieron a la cita alrededor de 10.000 aficionados rojiblancos. El máximo mandatario colchonero posaba orgulloso en el palco junto a una pancarta que rezaba “No seremos campeones, pero tenemos un presidente que le echa cojones”.
En un ambiente de protesta festiva escucharon por el transistor como el Real Madrid les arrebata toda opción de título al vencer 2-0 con goles de Santillana y García Hernández.
La última jornada la jugaron en el destierro del Carlos Belmonte. Empate a nada. Obviamente Alfonso Cabeza no se vistió de corto para compartir césped con sus jugadores.
Como mal menor para los colchoneros, el Real Madrid no se llevó aquella Liga a sus vitrinas, gracias al gol de Zamora en el último suspiro, cuando los blancos ya celebraban el título sobre el césped de Zorrilla.