Eran dos equipos en dinámicas contrapuestas, en Can Barça vivían una crisis institucional y deportiva que desembocó en el “Motín del Hesperia”, mientras que en Atotxa los 80 fueron años de bonanza, con los txuri-urdin conquistando sus primeros títulos desde 1909.
Los donostiarras eran grandes favoritos para revalidar el título conquistado un año atrás, pero aquel partido tuvo una circunstancia que levantó muchas suspicacias. José Mari Bakero, “Txiki” Begiristain y López Rekarte vestirían de azulgrana el año siguiente. Todos los focos estaban sobre ellos.
En caída libre
La Liga 1987-1988 fue una de las más desastrosas en la historia del FC Barcelona. Todo comenzó a torcerse tras apenas cuatro jornadas de campeonato, cuando la directiva cesó a Terry Venables.
Tras una campaña en blanco (en las dos primeras ganaron Liga y Copa de la Liga, respectivamente), el técnico inglés ya no contaba con el beneplácito de los mandamases.
Su sustituto fue Luis Aragonés, que aportó un nuevo título a las vitrinas del Camp Nou, pero en su paso por Can Barça también se llevó un récord negativo. Es el entrenador con más de 50 partidos dirigidos con peor porcentaje de victorias, apenas un 46%.
No es, ni mucho menos una crítica a su trabajo. El ambiente era irrespirable en el club catalán y nada propicio para trabajar en aquellos momentos.
En el ecuador de la temporada habían renunciado prácticamente al título. Marchaban decimoterceros a 14 puntos del Real Madrid. Los culés terminaron sextos a 23 puntos de la cabeza, una de las peores actuaciones ligueras en su centenaria historia.
El Barça caminó por Europa casi de puntillas hasta cuartos de final, cuando toda Cataluña soñaba con un derbi en la final de la Copa del a UEFA, pero les apeó el Bayer Leverkusen, que se terminó coronando en una agónica tanda de penaltis ante el RCD Espanyol.
Con dos meses de campeonato aún por delante, la única tabla de salvación era la Copa del Rey. El torneo del KO fue el oasis culé aquella campaña. En su travesía hacia la final dejaron por el camino sin demasiados apuros a Real Murcia, RCD Espanyol, CD Castellón y CA Osasuna.
Los días más felices en Atotxa
No cabe duda que la Real Sociedad vivió su mejor etapa en los 80. En esta década sumaron 4 de los 5 títulos que han ganado en toda su historia: sus dos primeras Ligas, la primera Supercopa de España y una Copa del Rey.
Mediada la década, el galés John Benjamin Toshack tomó el relevo del héroe Alberto Ormaetxea. En su segunda temporada en el banquillo txuri-urdin conquistaron la Copa en la tanda de penaltis frente al Atlético de Madrid y en la 1987-1988 volvieron a soñar con levantar la Liga, aunque se tuvieron que conformar con el subcampeonato.
De la legendaria generación txuri-urdin de comienzos de los 80, se mantenían en el equipo los Arconada, Bakero, Górriz, Larrañaga o Zamora, a los que se unieron jóvenes talentos de Zubieta.
A falta de 8 jornadas para el final del campeonato se mantenían a una distancia prudencial del liderato (6 puntos) y fueron el único equipo capaz de mantener el ritmo de la “Quinta del Buitre” hasta el tramo final.
La mayor decepción de la temporada fue caer ante el Dinamo Minsk en octavos de final de la Recopa. Camino completamente opuesto fue el que llevaron los donostiarras en Copa del Rey.
Dejaron por el camino a Cartagena FC, Sporting de Gijón, Atlético de Madrid, llegando a su momento cumbre en las semifinales, en las que ganaron ambos encuentros al Real Madrid. Laa vuelta con una goleada 0-4 en el Bernabéu.
La polémica final
Así se citaron el 30 de marzo de 1988 FC Barcelona y Real Sociedad en dinámicas opuestas y con un claro favorito para conseguir la victoria.
La decepción instalada entre la hinchada culé provocó que apenas 4.000 aficionados estuvieran apoyando a su equipo, en clara minoría frente a los 25.000 aficionados txuri-urdin que poblaron la grada del coliseo madridista.
Durante el verano de 1988 llegaron a Can Barça por expreso deseo de Cruyff, José Mari Bakero, “Txiki” Begiristain y Luis María López Rekarte. El montante de la operación ascendió a 600 millones de pesetas.
Además, como contraprestación el FC Barcelona cedió a Jon Andoni Goikoetxea, recién fichado de Osasuna, a la Real Sociedad durante dos temporadas.
Un intercambio de cromos que iba a dar mucho que hablar. El Barça desmanteló uno de los equipos más potentes y además ganó contra todo pronóstico aquella final, con una actuación muy floja de los tres futbolistas que desembarcaron en Can Barça meses después.
Los culés no practicaron un fútbol excelso, pero se agarraron al césped con uñas y dientes para contrarrestar la multitud de virtudes de sus oponentes llevándose la victoria gracias a un solitario gol de “Talín” Alexanko.
La jugada sucedió en el minuto 61. Schuster colgó una falta desde la banda derecha. Tras un rebote, el balón cayó en los pies de Calderé, cuyo remate fue repelido por Arconada, pero no pudo evitar que el capitán blaugrana marcase a placer.
Eterno enfado «txuri-urdin«
El FC Barcelona salvó el año con aquel título y evitó quedarse fuera de competiciones europeas por primera vez en su historia.
Eso sí, el terremoto del “Motín del Hesperia” se hizo notar y pocos se libraron de la limpieza de vestuario que acometió la directiva culé. Empezaba un nuevo ciclo. La era Cruyff.
Esta es la última final de Copa del Rey en la que ha estado presente la Real Sociedad hasta 2020. Más de tres décadas después espera levantar un nuevo título ante sus vecinos del Athletic Club, en la que será la segunda final vasca en la historia del torneo.
Aún hoy muchos aficionados donostiarras continúan pensado que Bakero, Begiristain y López Rekarte no lo dieron todo en la final de 1988. Una herida que sigue abierta.