A los pocos minutos de comenzar el encuentro en un choque entre el sevillista Maradona y el deportivista Albistegui. Este último quedaba en el suelo dolorido por un golpe en el rostro.
El fisioterapeuta del equipo de Bilardo corrió raudo a atender al Pelusa, pero cuando llegó allí y vio que estaba peor parado el jugador blanquiazul comenzó a atenderle.
A su regreso al banquillo “El Narigón” nos dejaba una de las escenas más cómicas de nuestra Liga abroncando al galeno Domingo Pérez por atender a un jugador rival.
El genial Bilardo Nos dejó aquella frase para la posteridad que recordamos en el post en el que hablamos más en profundidad del técnico argentino:
Hoy vamos a recordar una anécdota posterior, pero directamente relacionado con lo sucedido de aquella tarde en La Coruña.
Para llegar a la final de la Recopa del año 95, en la que vencería agónicamente al Arsenal con aquel gol antológico de Nayim, el Zaragoza tuvo que pelear cada eliminatoria por todo el continente.
Aquella tarde en La Romareda
Precisamente en semifinales, los vecinos londinenses del Chelsea, visitaban La Romareda en el partido de ida.
Aquella tarde de abril, Pardeza remataba con la testa en boca de gol una jugada a balón parado en el minuto 8 adelantando a los locales.
Poco después el argentino Juan Eduardo Esnaider ampliaba la renta maña tras bajar un balón dentro del área y fusilar a Hitchcock en el ’26.
Tras el descanso, de nuevo Esnaider cazaba un balón tras una jugada enmarañada dentro del área y ponía el definitivo 3-0.
En lo deportivo, el partido acabó aquí, pero la paliza maña no tuvo buena acogida en la grada de la afición visitante. Los hooligans indignados por la bochornosa imagen de su equipo, comenzaron a lanzar objetos, insultar, dar empujones y otras actitudes poco cívicas a las que nos tienen acostumbrados.
Fue entonces cuando la policía decidió intervenir para reducir a los radicales “Blues” y sofocar aquel conato de invasión de campo o de avalancha humana.
Hay que recordar que los ingleses habían sufrido su particular travesía por el desierto al ser culpados de la catástrofe de Heysel en 1985, suiendo expulsados de las competiciones europeas durante años.
El castigo había sido levantado en 1991, pero los aficionados ingleses seguían cargando con fama de conflictivos, extendiendo el termino hooligans a todos sus aficionados.
Peace and love
En el fondo contrario, mientras la policía «pacificaba» la grada visitante, la afición local se acordó de aquella anécdota de Bilardo y comenzó a cantar “Písalo, písalo”.
Inexplicablemente y para sorpresa de todos, los hooligans ingleses se calmaron y reaccionaron aplaudiendo el gesto de la afición maña. Todo volvió a la normalidad.
Al día siguiente la prensa británica explicaba la repentina calma de los aficionados radicales. En las crónicas del partido además de los goles se elogiaba la actitud pacifica y conciliadora de la afición local. Ejemplo para todos.
“Y cuando nuestros seguidores otra vez estaban dando uno de los peores ejemplos, razón por la cual los equipos británicos han estado condenados sin participar en competiciones europeas, desde la Romareda nació un grito de concordia, una fuerza enamorada, un grito que nos pedía la unidad de todos”
Mientras la afición local emulaba a técnico argentino con su famoso “Pisalo, písalo” los aficionados ingleses y la prensa que seguía el partido lo tradujo como “Peace and love, peace and love” o lo que es lo mismo paz y amor.
Volviendo a lo futbolístico, los maños sacaron petróleo del gol de Santi Aragón en Stamford Bridge, donde el Chelsea vencería por un insuficiente 3-1.
En cuento a la anécdota, la verdad es que no se sabe cuánto tiene de mito y cuanto de realidad. Aunque el periodista radiofónico y representante de futbolistas José Antonio Martón «Petón» lo recordaba así dándole veracidad a lo sucedido:
http://cadenaser.com/ser/2008/01/15/audios/1200356910_660215.html
PD: Este artículo se lo dedico a mi amigo Diego de Alpanseque, fiel seguidor (y sufridor) del Zaragoza.
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