El 16 de julio de 1950 marcó sin duda el gol más importante en sus 19 años de carrera deportiva.
Este tanto tuvo dos vertientes. Un país vivía el júbilo de la victoria, mientras que el otro se ahogaba entre lágrimas tras la inesperada derrota.
Nuestro protagonista trabajó como panadero y en una fábrica de aluminio mientras comenzaba a jugar al fútbol en el modesto Estadio Pocitos.
Tras un breve paso por el Palermo (el uruguayo, no el italiano), con 18 años llegó a las divisiones formativas de Peñarol.
En 1946 debutó en la primera categoría del fútbol charrúa. Fueron 23 partidos y 13 goles que le consolidaron en el equipo.
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