Descanse en paz Don Alfredo Di Stéfano. Las leyendas nunca mueren, viven eternamente en nuestra memoria.
Don Alfredo nació en Buenos Aires un 4 de julio, el de 1926, de ascendencia napolitana por su padre y franco irlandesa por su madre.
En 1945 debutó con River Plate, aunque sin hacer demasiado ruido, por esto fue cedido a Huracán donde si consiguió una actuación mucho más relevante, lo que le valió los intentos fallidos por hacerse en propiedad del jugador.
Jugó en River hasta 1949, cuando la huelga de futbolistas le obligó a emigrar después de conseguir una Liga y una Copa de Campeones de Sudamérica (madre de la Copa Libertadores).
El torneo doméstico argentino se vio desmantelado por dicha huelga y tras pasar año y medio en la grada, los clubes y sus jugadores buscaron salidas para seguir compitiendo en este deporte.
«El Ballet Azul»
El futuro de Di Stéfano estuvo ligado durante algunos años al club que le otorgó renombre y la posibilidad de saltar a Europa, el ahora olvidado Millonarios de Bogotá.
Este conjunto marcó una época por varios motivos; En aquel momento la Liga Colombiana era de las más poderosas del mundo y el Millonarios reuniría un elenco de futbolistas de primer nivel conocido como «El Ballet Azul» que le otorgó la etapa más gloriosa de su historia. Aquí fue donde se ganó aquel apodo que le acompañaría el resto de su vida, «La Saeta Rubia».
Cuentan los mayores, que era todo un mérito deportivo enfrentarse a esta mítica plantilla de los 50 y 60. Por esto en 1952 por los 50 años del Real Madrid, fue invitado a disputar un trofeo en la capital de España.
El Santiago Bernabéu y su presidente del mismo nombre quedó prendado del vistoso y efectivo juego de Alfredo Di Stéfano, pero no fueron los únicos. Por lo que se inició uno de esos culebrones veraniegos a los que ahora estamos habituados a ver, pero muy poco comunes en la época.
Colombia vivía una situación atípica, con la creación de una liga paralela por otra asociación, recién creada por clubes díscolos, al que la FIFA dio la espalda y anuló los fichajes a partir del 1 de Enero de 1955 (fecha en que volvería a ser de River).
Un fichaje enrevesado
Samitier, secretario técnico del FC Barcelona, llegó a un acuerdo telefónico con el presidente de River por 4 millones de pesetas. Pero no consiguió hacerse con los derechos de Millonarios.
Raimundo Saporta viajó a Bogotá y pagó los 27.000$ que reclamaba Millonarios y se hizo con sus derechos para el Real Madrid. Pero no consiguió un acuerdo con River, a los que Samitier ya había desembolsado 2 millones de pesetas.
Con Di Stefano y su familia en Barcelona, Samitier pidió una renovación de su contrato al alza, y el Barcelona decidió prescindir de sus servicios.
Samitier había sido jugador del Barcelona y después del Real Madrid, por lo que Bernabéu decidió repescarlo para la secretaria técnica del club merengue. La decisión fue muy acertada, ya que el Madrid ya tenía a los dos hombres que habían conseguido el 100% de los derechos de Di Stefano, aunque para clubes distintos.
La FIFA impedía jugar a Di Stefano hasta que se aclarase la situación. Samitier sabía que el Barcelona mantenía un litigio por la licencia de Kubala y que la FIFA no daría la razón al Barcelona en los dos casos.
Finalmente la Federación Española dictaminó que jugara 2 años en cada club, pero con el periodo de inscripciones ya cerrado.
El Barcelona intentó venderlo a la Juventus, anular el contrato con River y la devolución del dinero, aunque sin éxito en todos los casos, generaron un gran malestar en Di Stéfano y su familia, que convirtió en preferente la opción de jugar para el Real Madrid. Finalmente el Barcelona rechazó sus derechos sobre el jugador.
Se dice que en la renuncia del Barça, pesaron mucho más las malas actuaciones del jugador en los primeros partidos de blanco…
Leyenda blanca
Me gusta mucho la anécdota en la que él mismo contaba que Santiago Bernabéu no le permitió comprarse un automóvil hasta años después de su fichaje, o como él decía, debían ir siempre en el once (las piernas) para no dar imagen de adinerados en una España que vivía en la austeridad.
Lo que ellos no sabían es que esto sería un cambio radical en el desarrollo del fútbol español, los merengues no ganaban una Liga desde hacía más de 20 años y los azulgrana eran claros dominadores del trofeo doméstico.
La situación se revirtió drásticamente. Don Alfredo Di Stéfano le dio 8 de las siguientes 10 Ligas, 5 Copas de Europa consecutivas y otras dos semifinales, además de una Intercontinental. Lo de menos fue una Copa del Generalísimo…
Se convirtió en el máximo goleador de la historia del club, formó parte de la época más dorada del mismo y gracias a esta etapa fue reconocido como el mejor club del siglo pasado.
Permaneció aquí hasta el 65 cuando pasó a jugar en aquella ciudad de la que ya había estado muy cerca en el 53. Militando hasta su retirada en el Real Club Deportivo Espanyol.
Quiero mencionar que nunca jugó un Mundial a pesar de haber jugado con Argentina y España, pero las circunstancias no se lo permitieron.
Tras su retirada se dedicó a los banquillos en muchos clubes e incluso consiguió algunos títulos, nada comparado con su brillante carrera como jugador, pero esto es otro cantar y lo trataremos otro día.
Don Alfredo Di Stéfano, tu nombre debería mencionarse en el himno del Real Madrid.
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