Tras una muy buena temporada con el hoy tan de moda Manuel Pellegrini al frente del «Submarino Amarillo», lograron un tercer puesto en la tabla que les dio acceso a la máxima competición europea.
El líder indiscutible de aquel equipo era Juan Román Riquelme, que tras una irregular temporada en Barcelona recaló en el conjunto castellonense, donde recuperó el gran nivel que mostró en Argentina.
Junto a él figuraban, Marcos Senna, Diego Forlán, pichichi la temporada anterior o «El Vasco» Arruabarrena. Este último marcó el gol frente el Inter de Milán que les dio el pase a semifinales.
Los nerazzurri se impusieron 2-1 en el Giuseppe Meazza, por lo que el gol de Forlán a la postre fue oro puro para el Villarreal.
En la vuelta, Arruabarrena cabeceó un centro de Riquelme adelantándose a la salida del guardameta para hacer el 1-0 definitivo y obteniendo el pase por el «valor doble» de los goles en campo contrario.
Las semifinales depararon un cruel final para el Villarreal, que sucumbió ante el Arsenal de Thierry Henry y compañía.
Riquelme falló un penalti que habría forzado la prorroga pero Jens Lehmann adivinó la trayectoria e hizo añicos los sueños de los castellonenses.