De esta forma los “Gunners” igualaron el registro logrado por el Preston North End en la primera edición del campeonato 115 años antes
Normalmente los aficionados no recordamos muchos partidos que terminen 0-0. No es es el caso del duelo que disputaron Manchester United y Arsenal el 21 de septiembre de 2003. La Batalla de Old Trafford.
En la sexta jornada de la temporada 2003-2004 los “Gunners” visitaron el feudo de los “Red Devils” como líderes invictos, con un punto de ventaja sobre su rival de aquella tarde.
Tensión a raudales
No hubo goles, pero eso no restó un ápice de emoción al choque. Pelearon cada pelota como si fuera la última. Un sobreexcitado Patrick Vieira fue expulsado tras ver dos amarillas en apenas tres minutos y como guinda del pastel, el clímax de la Batalla de Old Trafford nos dejó un penalti en el descuento que Van Nistelrooy estampó en el larguero.
En aquel momento parecía un punto más. Sin mayor trascendencia. Restaban aún 32 jornadas por disputarse, pero aquel instante fue la vez que más cerca estuvo el Arsenal de la derrota en toda la temporada. Así los “Gunners” conquistaron su última Premier League hasta la fecha.
Tras errar el lanzamiento el atacante holandés fue increpado por los futbolistas del Arsenal, especialmente por Martin Keown, al que le habían señalado aquel dudoso penalti.
Los rifirrafes, empujones y manotazos de la Batalla de Old Trafford se saldaron con 4 partidos de sanción para Lauren, 3 para Keown y 1 para Vieira y Parlour respectivamente, así como una multa de 275.000 libras para el Arsenal.
Derrotando a “Los Invencibles”
Poco más de un año después de la Batalla de Old Trafford, concretamente el 24 de octubre de 2004, el Arsenal regresó al lugar de los hechos. Había muchas cuentas pendientes y quedó patente desde el pitido inicial.
Los “Red Devils” se llevaron la victoria 2-0, tras otro polémico penalti que esta vez sí logró transformar Van Nistelrooy y un gol de Wayne Rooney en el último minuto, poniendo fin a la racha de 49 partidos invicto del legendario Arsenal de Wenger.
Pero ahí no terminó el encuentro. Lo que supuestamente sucedió en los vestuarios provocó que se conozca el partido como la “Batalla del Buffet”.
A escasos minutos para la conclusión del duelo Ashley Cole sufrió terrorífica entrada de Van Nistelrooy que quedó sin sancionar y que dio rienda suelta a la tensión latente entre ambos conjuntos.
Cuentan (aunque algunos lo niegan) que se desató una bochornosa pelea en los vestuarios que terminó con el lanzamiento de una porción de pizza a la cabeza de Sir Alex Ferguson, supuestamente por parte de un imberbe Cesc Fàbregas. Aquel hecho dio mucho juego a los tabloides ingleses, bautizándolo como “Pizzagate”