Tras 24 años de ausencia Argentina regresó a la Copa del Mundo en 1958, aunque realmente solo se perdieron dos ediciones (1938 y 1950), ya que, las que debían disputarse en 1942 y 1946 no tuvieron lugar debido a la Segunda Guerra Mundial.
Después de caer ante sus vecinos de Uruguay en la primera final de la historia y el batacazo en primera ronda cuatro años después, la albiceleste llegaba a tierras suecas como favorita tras alzar su undécima Copa América un año antes.
En aquel torneo los argentinos fueron de mal en peor. Debutaron con derrota ante Alemania el 8 de junio de 1958. Esperanzaron a los suyos ganando por idéntico marcador a Irlanda del Norte, pero el 6-1 ante Checoslovaquia les dejó fuera del torneo mucho antes de lo previsto.
Aquel partido fue bautizado como “El Desastre de Suecia” y a día de hoy sigue siendo la peor derrota mundialista de la albiceleste. En partido oficial también cayeron ante Bolivia por idéntico resultado en la fase de clasificación para el Mundial de 2010.
Debut de amarillo
Alemania y Argentina se citaron en el Malmö Stadion, en la que fue la primera entrega de este clásico del fútbol internacional. El que más veces se ha repetido en una final del torneo de selecciones más importante del mundo (1986, 1990 y 2014).
Los germanos, vigentes campeones tras “El milagro de Berna” cuatro años atrás, vestían su tradicional camiseta blanca y pantalón negro. Los argentinos la albiceleste y calzón de idéntico color al de su rival.
El colegiado británico Reginald Leafe consideró que los colores podían causar confusión sobre el terreno de juego y un sorteo determinó que fueran los jugadores de la albiceleste los que se cambiasen.
Al no tener camiseta alternativa el club local IFK Malmö fue el que prestó su primera equipación. Solucionado. Argentina vistiendo camiseta amarilla. Por única vez en su historia luciendo el color de su eterno rival, Brasil.
En qué hora siguen pensando los aficionados argentinos y eso que empezaron el partido de forma inmejorable con el gol de Oreste Corbatta en el 3′, pero antes del final de la primera parte Helmut Rahn y Uwe Seeler le dieron la vuelta al marcador en apenas 10 minutos.
El “gafe” de la camiseta prestada
El héroe de la primera Copa del Mundo de los teutones sentenció a aquella Argentina con camiseta amarilla en el 79’. Ya sabéis, lo que mal empieza….
Esta circunstancia, imposible de ver en la actualidad sobre un campo de fútbol, se ha producido en cuatro ocasiones en una Copa del Mundo. En 1934 el Wunderteam tuvo que lucir la camiseta del Nápoles. 16 años más tarde México vistió la blanquiazul del Cruzeiro de Porto Alegre y en 1978 Francia la verdiblanca de Club Atlético Kimberley.
De esos cuatro casos en los que una selección ha disputado un partido de la Copa del Mundo con una camiseta prestada por el equipo local, solo Francia logró la victoria ante Hungría, pero fue intrascendente, puesto que ambos conjuntos ya estaban matemáticamente eliminados.