En septiembre de 1999 el Valencia jugó su primer partido a domicilio de aquella edición de la Copa de Europa en el Philips Stadium del PSV Eindhoven.
En las filas che contaban con Claudio «Piojo» López, un rapidísimo extremo zurdo que llegó a Mestalla en 1996 procedente de Racing Club de Avellaneda.
Durante sus 4 temporadas en la capital de Turia dio un rendimiento descomunal, convirtiéndose en un pilar fundamental de aquel equipo que hizo del contragolpe su forma de vida.
Aquella noche de Champions marcó uno de los mejores goles de su carrera. Este gol de Claudio López está considerado por la propia UEFA como uno de los más bellos en toda la historia de la competición.
En el minuto 4 de partido Amedeo Carboni sacó una falta a la altura del medio campo. Un balón que llegó hasta la esquina del área sin aparente peligro. O eso pensaron los zagueros holandeses, que no contaban con el extraordinario remate del «Piojo» López.
Un joven Ruud Van Nistelrooy marcó el empate de penalti en el minuto 72 y el marcador ya no se volvió a mover.
Los che alcanzaron aquel año la primera de las dos finales consecutivas de Liga de Campeones que han disputado en su centenaria historia, aunque no lograron levantar la «Orejona» en ninguna de ellas. Real Madrid y Bayern de Múnich les negaron el título.