El 27 de abril de 1994 el Barcelona destrozó al Oporto en las semifinales de la Copa de Europa.
El conjunto blaugrana endosó un contundente 3-0 a los portugueses colocándose así en su cuarta final del torneo más prestigioso a nivel de clubes.
Aquel equipo contaba con varios jugadores que tiempo después y por distintos motivos serían muy conocidos en la Liga Española como Aloísio, Vítor Baía o Fernando Couto, Secretario o Kostadinov.
Stoichkov con un doblete y Koeman con uno de los mejores goles de su carrera sentenciaron a los «Dragones Azules».
Aunque solemos recordar los goles de libre directo del defensa más goleador de la historia. Entre los 253 tantos que anotó los hay, y muy buenos, sin ser a balón parado.
Su condición de líbero o defensa central no estaba reñida con características más propias de un centrocampista, con mucha llegada a área rival y un potente disparo que era un valor seguro.
Los culés llegaron al último peldaño del torneo eufóricos tras conquistar una Liga agónica pocos días antes, tal vez con un exceso de confianza y en la final de Atenas el AC Milan dio buena cuenta de ellos.