Apenas faltaban dos jornadas para la conclusión del campeonato y ambos contendientes tenían mucho en juego en aquel duelo. El Bayern de Múnich lideraba la tabla y quería reconquistar el cetro alemán tras cuatro años de sequía, mientras que el FC Núremeberg quería huir de los puestos de descenso.
Corría el minuto 26 cuando un balón peinado en el primer palo tras un saque de esquina llegó a las botas de Thomas Helmer, que en la línea de meta no acertó a embocar dentro de la portería de Andreas Köpke. Para sorpresa de todos el colegiado Hans-Joachim Osmers a instancias de linier Jörg Jablonski concedió el gol
Aquel tanto supuso la victoria 2-1 del conjunto bávaro, pero el partido no concluyó ahí. El Núremberg reclamó el gol fantasma de Thomas Helmer y sus súplicas fueron escuchadas por la Federación Alemana de Fútbol que decidió que se repitiese el partido.
De esta forma el 3 de mayo de 1994 el Olympiastadion volvió a acoger el mismo duelo, que esta vez terminó con victoria local 5-0 gracias a sendos dobletes de Mehmet Scholl, Bruno Labbadia y un gol de Dietmar Hamann.
Casi dos décadas después a Stefan Kiessling le concedieron como válido otro gol fantasma, pero en esta ocasión para desesperación del Hoffenheim no hubo repetición del encuentro.