Promediaba 3 o 4 tantos por temporada, aunque en un par de ocasiones superó la decena en todas las competiciones.
En alguna ocasión dijo que Del Bosque le había enseñado a situarse en la frontal del área, buscando el disparo de segunda jugada.
Su posición en el campo, en «la sala de máquinas», no invitaba a que se prodigase mucho de cara a puerta.
Varios de esos goles fueron de falta directa, no así desde los once metros, desde donde tampoco era un especialista.
En la temporada 2003-2004 el FC Barcelona de Frank Rijkaard vistió el Bernabéu en la jornada. 34 para enfrentarse al Real Madrid de «Los Galácticos», que empezaba a desmoronarse.
Los blancos se adelantaron por medio de Solario, pero Kluivert puso la igualada inmediatamente y, en los últimos minutos Xavi puso el 1-2 definitivo, para dar la primera victoria a los azulgrana en el coliseo blanco desde 1998.
En este gol Xavi se intercambio los papeles con Ronaldinho. El brasileño se sacó de la chistera una asistencia mágica para que «El Cerebro» definiera con calidad por encima de Iker Casillas.
Una maravilla.