También conocido como penal o pena máximo, es el peor castigo que se le puede infligir a un equipo sobre un terreno de juego. Portero vs lanzador. Dos protagonistas con objetivos antagónicos, a los que once metros separan de la gloria o la decepción.
En sus inicios el fútbol era un deporte de caballeros (jugado mayoritariamente por las clases pudientes) en el que no tenía cabida la pillería. De hecho comenzó a jugarse con reglas muy difusas y sin la necesidad de la presencia de un colegiado que dirigiese la contienda.
Poco a poco el afán por ganar hizo que proliferasen acciones menos nobles, siguiendo el principio maquiavélico de hacer todo lo posible para lograr la victoria.
A iniciativa del irlandés William McCrum, que jugaba como guardameta en el Milford FC, nació en 1890 el penalti.
Desde su portería veía como los zagueros cometían faltas impunemente para tratar de evitar el gol rival y decidió cambiar aquello. Cada vez que hubiese una falta tras aquella línea pintada a doce yardas (once metros), se castigaría con un lanzamiento desde dicha distancia, sin que el resto de futbolistas pudiesen participar. Así los defensas se recatarían y rebajarían su dureza en el área de castigo.
El primer penalti de la historia
En ese momento no existía el punto de penalti (nació en 1902) y el lanzador podía ubicar el balón en cualquier punto de la línea trazada a once metros de la portería.
Hasta 1905 el portero podía adelantarse hasta 5 metros durante el lanzamiento y en la década de 1930 se añadió el semicírculo del área para delimitar la distancia a la que debían situarse todos los futbolistas, a excepción del lanzador.
La regla fue inscrita el 2 de junio de 1891 y supuso una de las grandes revoluciones de un deporte aún en pañales. Primero la adoptó la Asociación Irlandesa de Fútbol y posteriormente la International Football Association Board universalizó la norma.
Aunque les costó lo suyo. Al fin y al cabo el fútbol era “suyo” y no querían que nadie les dijera cómo había que jugarlo. Fue un duelo de la FA Cup entre Notts County y Stoke City, con una plaza para semifinales en juego, el que les hizo pasar por el aro.
Un zaguero paró un lanzamiento que llevaba camino de gol. Aquello no lo podían permitir los ingleses en su juego de caballeros. La iniciativa de McCrum se antojaba más necesaria que nunca.
De esta forma el 14 de septiembre de 1891 John Heath, futbolista del Wolverhampton Wanderers, se convirtió en el primero en ejecutar un lanzamiento de penalti en un duelo ante el Accrington. Lo marcó.
Penaltis célebres
El 19 de julio de 1930 Manuel “El Chaquetas” Rosas anotó el primer penalti en una Copa del Mundo en el duelo entre Argentina y México. Un futbolista que curiosamente tres días antes había marcado el primer gol en propia puerta en la historia del torneo.
Otro lanzamiento desde los once metros que dio mucho que hablar por su pionera ejecución fue el “penalti indirecto” orquestado entre Johan Cruyff y Jesper Olsen en un Ajax vs Helmond Sport.
Más de dos décadas después, Robert Pires y Thierry Henry trataron de emular aquel lanzamiento, pero su intento fue un auténtico despropósito.
El ariete argentino Martín Palermo, fijó un récord negativo desde el punto de penalti, al convertirse en el único futbolista que ha errado tres en el mismo partido, en un duelo entre la albiceleste y Colombia en la Copa América de 1999.
Con una eficacia del 98% (49 penaltis anotados de 50 lanzados) el genial futbolista británico Matt Le Tissier es el mejor lanzador de penaltis de la historia.
La historia de las tandas de penaltis
Durante mucho tiempo se tuvo la creencia de que la tanda de penaltis nació a iniciativa del periodista Rafael Ballester en 1962, para decidir la octava edición del Trofeo Ramón de Carranza que enfrentó a FC Barcelona y Real Zaragoza.
Pero varios historiadores han documentado que esta práctica ya era común para resolver las eliminatorias de la Copa de Yugoslavia en la década de 1950.
A propuesta de la Federación Israelí de Fútbol, que en 1968 había caído por el lanzamiento de una moneda en los cuartos de final de los Juegos Olímpicos tras igualar a un gol con Bulgaria, en 1970 la FIFA aprobó las tandas de penaltis para sus torneos. La idea fue patentada por el colegiado alemán Karl Wald.
De este modo el 30 de septiembre de ese mismo año se aplicó esta forma de deshacer el empate en el duelo de la primera ronda de la Recopa de Europa entre Budapest Honvéd y Aberdeen, que cayó del lado húngaro 5-4.
Este sistema empezó a utilizarse en las competiciones internacionales en 1976 y no puedo arrancar de forma más espectacular, ya que, ese año sirvió para decidir la final de la Eurocopa entre Alemania y Checoslovaquia con el célebre penalti de Panenka.
En 1984 el Liverpool ganó la primera final de la Copa de Europa decidida en una tanda de penaltis con el legendario “bailecito» de Bruce Grobbelaar, que distrajo a los lanzadores italianos
Una década después la final entre Brasil e Italia fue la primera de un Mundial decidida desde los once metros y, en 1995 la Copa América se resolvió también por primera vez con esta suerte.
Precisamente en los 90 los estadounidenses, en su afán por darle más espectacularidad a lo que llaman soccer, se sacaron de la manga los shootout, que tuvieron una corta existencia.
En 2019 dos equipos amateur de Corea del Sur protagonizaron la tanda de penaltis más larga de la historia. Duró algo más de 50 minutos y hubo 62 lanzamientos.