La Batalla de Highbury
talia se proclamó campeona del mundo en 1934. Tenían una gran selección y Mussolini hizo el resto para ganar aquel Mundial. Era el país anfitrión y para el régimen fascista era una oportunidad inmejorable de promoción internacional. Fuera como fuere, tropelías aparte, la «azzurra» conquistó su primera Copa del Mundo.