Se trata de una de las grandes rivalidades del fútbol español. Los Sevilla FC vs Real Betis, conocidos en la actualidad como “El Gran Derbi”, son duelos que no dejan indiferente a nadie en la capital hispalense.
Ambos han sido capaces de “dejarse” ganar para que su eterno rival bajase a Segunda División. Una enemistad que ha tenido sus momentos oscuros, pero que por norma general ha estado marcada por la característica guasa andaluza.
Una rivalidad centenaria
Sevilla FC y Real Betis son los dos únicos equipos andaluces que han conquistado tanto la Liga como la Copa el Rey. Ambos son también los únicos representantes de esta comunidad autónoma en el “top ten” de equipos que más temporadas han jugado en Primera División.
Se vieron las caras por primera vez en un encuentro amistoso disputado un 28 de noviembre de 1909.
El derbi sevillano se ha disputado en Liga, Copa del Rey, Segunda División, Copa de la UEFA y, en los extintos torneos de la Copa de Sevilla y Campeonato Regional Sur.
En este enfrentamiento hay más en juego que tres puntos o una clasificación para la siguiente ronda. Cada temporada es uno de los acontecimiento del año en Sevilla y, a los aficionados del equipo que pierde les toca aguantar toda clase de burlas al día siguiente.
Unos sacan pecho, mientras otros esperan ansiosos el siguiente derbi para tomarse la revancha.
“No me visto como un palangana”
La rivalidad es de tal magnitud que han dejado multitud de anécdotas a lo largo de su historia, muchas de ellas sin que los equipos estuviesen enfrentándose sobre el césped, como lo sucedió un 27 de febrero de 1994 en el Salto del Caballo.
El Real Betis buscaba regresar a la élite del fútbol español y le tocaba medirse al CD Toledo, rival situado en los puestos de promoción un punto por delante de los verdiblancos.
La semana previa al encuentro fue muy tensa, con un constante cruce de declaraciones entre los respectivos mandatarios, Emiliano Carballo y Manuel Ruiz de Lopera.
Minutos antes del comienzo del partido el árbitro indicó al equipo visitante que no podía lucir su camiseta habitual al ser demasiado parecida a la primera equipación del CD Toledo.
Los béticos se habían dejado la segunda camiseta en Sevilla. El lío estaba montado. Parecía solucionarse al ofrecer el equipo local su segunda equipación de color blanco. Ahí empezó el show Lopera:
Media hora después Lopera se salió con la suya y los locales saltaron al campo con la camiseta blanca, tras la mediación del delegado del Gobierno de Castilla-La Mancha.
El CD Toledo se llevó la victoria con tantos de Dani y Paniagua, en un partido muy bronco que terminó con tres expulsados. A Lopera también le echaron del palco por su comportamiento.
Regreso a la élite
Tras aquella derrota Sergio Kresic fue destituido, relevándole en el cargo todo un clásico como Lorenzo Serra Ferrer, que encaraba la primera de sus dos etapas en el banquillo verdiblanco.
El Betis logró el ansiado ascenso al quedar segundo en la tabla tras el RCD Espanyol, regresando a la élite tres años después. Habían descendido en 1991 firmando una de las peores campañas de su historia, colistas con tan solo 25 puntos.
En Copa del Rey los béticos rozaron la machada. Se deshicieron del “Dream Team” en cuartos y cayeron en semifinales ante el Real Zaragoza, a la postre campeón del torneo.
En su regreso a Primera hicieron soñar a la afición verdiblanca con un tercer puesto. Su mejor clasificación histórica (igualando el registro de la campaña 1963-1964) desde el título conquistado en 1935.
Por su parte, el CD Toledo se quedó a las puertas del ascenso firmando la mejor campaña de su historia (4º puesto). Rozaron el ascenso, pero cayeron en la promoción ante el Real Valladolid. Nunca han estado más cerca de codearse con los grandes que en la temporada 1993-1994.
De blanco… pero solo 4 minutos
El CD Toledo vs Real Betis de 1994 no es la única ocasión en la que el conjunto verdiblanco se ha visto en la tesitura de tener que jugar con una camiseta del mismo color que la de su eterno rival.
El 20 de enero de 1974 los béticos visitaron al Unió Esportiva San Andreu y el partido arrancó con 45 minutos de retraso por una situación muy similar a la sucedida en el Salto del Caballo 20 años después.
Al parecer la agencia de viajes encargada de enviar el material deportivo, mandó tanto las camisetas como las botas de los jugadores del Betis a Martorell, en lugar de al barrio barcelonés donde se disputaba el encuentro.
Tras una tensa espera el colegiado decretó que el encuentro debía comenzar y los futbolistas del conjunto sevillano saltaron al césped del Estadio Narcís Sala con la segunda equipación del UE Sant Andreu.
Camiseta blanca, pantalón y medias negras. Todo demasiado parecido a sus archienemigos. Aquella agonía bética apenas duró cuatro minutos, ya que, transcurrido ese tiempo desde el inicio del encuentro, llegaron sus camisetas y respiraron aliviados al poder cambiarse.
El encuentro finalizó sin goles, pero quedó marcado para siempre en la memoria de todos los béticos como el día que lucieron una camiseta idéntica a la de sus vecinos.
