En julio de 1992 llegaron a La Coruña Bebeto y Mauro Silva, dos de los más grandes jugadores en la historia del club blanquiazul
Si el Sevilla sorprendió al mundo del fútbol con la contratación de Diego Armando Maradona, el verano del conjunto herculino también fue impresionante.
En 1988, el Depor se encontraba inmerso en una crisis económica e institucional que amenazó con terminar con el club, hasta que llegó al rescate Augusto César Lendoiro.

Al rescate
Lendoiro había hecho del modesto club de hockey de la ciudad una referencia a nivel nacional. Se dice que le rogaron que se hiciera presidente y salvara al Deportivo de La Coruña de la desaparición, pero hizo mucho más.
Cuando llegó, se encontró con un equipo en Segunda División que coqueteaba con el descenso a 2ªB. Lo estabilizó y a comienzos de los 90 logró devolverlo a Primera División, donde no se asomaba desde 1973.
En su primera temporada tras volver a la élite, la 1991-1992, consiguió la salvación in extremis al ganar en la promoción al Betis, además alcanzaron las semifinales de la Copa del Rey por tercera vez en su historia.
En junio de 1992 se produjo la conversión a Sociedad Anónima Deportiva (SAD), pasando a pertenecer a multitud de pequeños inversores, lo que a la postre fue fundamental. Gracias a un resquicio legal pudieron utilizar aquel dinero para fichajes, evitando que el capital de los inversores fuera integro a reducir la deuda.
El club sobrevivía pero la situación económica seguía siendo muy delicada y continuaban sin margen de error. Fue entonces cuando Lendoiro decidió dar un arriesgado golpe de timón para cambiar el rumbo del Deportivo.

Ni un cabo suelto
Siempre destacó como un hábil negociador que afrontaba los fichajes como un cortejo. Gustaba de quedar a cenar, como en una cita, según él, porque así nadie le molestaba.
Allí agasajaba a sus objetivos con los mejores vinos y mariscos de la tierra. Con todo el mundo bien comido y mejor bebido, comenzaba una dura negociación que solía durar alargarse hasta el día siguiente.
Lendoiro no dejaba ningún cabo suelto, hasta que el acuerdo estaba totalmente cerrado y hubiese una firma no finalizaba la reunión.
Por aquel entonces el máximo goleador del Campeonato Brasileño era Roberto Gama de Oliveira, “Bebeto”. Según cuentan, lo tenía hecho con el Borussia Dortmund, pero Lendoiro no se dio por vencido.
Viajó a Brasil para intentar un fichaje casi imposible y logró cambiar las tornas convenciendo a su mujer que nunca serían felices en Alemania, con un clima frio y lluvioso que nada tenía que ver con lo que conocían en Brasil. En cambio, en La Coruña tenían la playa de Riazor, que era tan bonita como la de Copacabana.

Con el OK del jugador, convencer al Vasco de Gama fue bastante más sencillo. 2,5 millones de dólares tuvieron la culpa.
En el mismo viaje, en una negociación menos compleja, fichó a Mauro Silva por cerca de 1,5 millones de dólares.
Lendoiro acababa de apostar todo el dinero de la conversión a SAD y algo más. Todas las esperanzas blanquiazules se depositaron en esos dos brasileños.
Nadie daba crédito a como un club que apenas se había salvado del descenso, logró contratar a a dos estrellas de talla mundial. Ambos internacionales con Brasil y con potencial para jugar en cualquier equipo top.
Junto a otros ilustres, como Fran o Djukic, cambiaron la historia del Deportivo. Bebeto y Mauro Silva fueron la piedra angular de aquel glorioso proyecto.

Cambiando el destino del club
Así pasaron de pelear por la salvación a disputar los títulos y copar los puestos más altos de la Liga. Esa misma temporada, la 1992-1993 quedaron terceros y Bebeto fue «pichichi» con 29 goles.
El Barcelona puso sus ojos en él, pero Lendoiro una vez más ganó la partida y retuvo al jugador. La temporada siguiente debutaron en la Copa de la UEFA y a punto estuvieron de ganar la Liga, de no ser por aquel fatídico penalti de Djukic.
Así comenzó la etapa más gloriosa en la historia del Deportivo de La Coruña, en la que llevó a sus vitrinas una Liga, 2 Copas del Rey y 3 Supercopas.
A parte de recuerdos poco queda de aquel glorioso equipo y hoy el club navega por la Primera RFEF, la 2ªB de antaño. Quién sabe si algún día volveremos a ver el resurgir del Súper Dépor.
