En la esquina izquierda del mapa iba a empezar otra revolución. Una futbolística. El Deportivo llevaba casi dos décadas sin oler las mieles de la Liga. Sus aficionados vivían de sobresalto en sobresalto.
Se formaban equipos para acometer el ascenso, pero la espada de Damocles de la 2ºB no paraba de rondar los alrededores de Riazor.
En la 87-88 se salvaron sobre la bocina. Un gol de Vicente en el minuto 92 del último partido de la temporada alejó el fantasma de descenso de tierras coruñesas.
El rival aquel día era el Racing de Santander y en sus filas formaba un joven Paco Liaño, que pocos años más tarde se iba a convertir en el cerrojo de Riazor.
La era Lendoiro
Menos de un mes después de lograr la salvación y por aclamación popular Augusto César Lendoiro accedió a la presidencia del Deportivo.
Este mandatario coruñés venia de triunfar con el Liceo de hockey, y, sería el encargado de poner la semillas de un equipo que todos conoceríamos como Super Depor.
Si en algo destacó Lendoiro en sus 26 años como presidente, fue por ser un excelente negociador. Grandes jugadores llegaron al equipo coruñés por su buen hacer, y, cuando había que vender siempre lo hacía a buen precio, en ocasiones incluso por encima de mercado.
Su primera misión fue reafirmar a Arsenio Iglesias como su entrenador de confianza. El míster de Arteixo dio la alternativa a dos jóvenes coruñeses José Ramón y Fran, este último pasaría 17 temporadas convirtiéndose en el jugador con más partidos en la historia del club.
En la 1988-1989 el equipo quedó lejos de los puestos de ascenso, pero hizo una magnífica campaña en Copa llegando hasta las semifinales, donde fueron eliminados por el Valladolid.
Con la llegada de la nueva década se quedaron a las puertas de Primera, cayendo por la mínima en el playoff de ascenso contra el Tenerife.
Lendoiro estaba decidió a apuntalar la defensa. Ballesta, segundo de Arsenio, viajó a Belgrado para ver al Estrella Roja. Éste para matar el tiempo sacó una entrada para ver el partido del FK Rad.
Quedó maravillado por la eficacia en el corte y la elegancia con la que sacaba el balón su central. Así llegó Miroslav Djukic a La Coruña.
Armando el Super Depor
El 9 de junio de 1991 era un todo o nada para el Deportivo. Se jugaban contra el Real Murcia el ascenso en Riazor.
Momentos antes de comenzar el partido una bengala hizo arder la cubierta de la grada ¿Se cebaría de nuevo el infortunio con ellos? No, esta vez Stojadinovic hizo los dos tantos para la victoria coruñesa
Regresaban a Primera División 18 años después. Las arcas del club no eran excesivamente boyantes, por eso la táctica era fichar jugadores de primer nivel, que no tuviesen demasiadas oportunidades en sus equipos y quisieran nuevas oportunidades.
Así fueron llegando los López Rekarte, Liaño, Claudio, Alfredo, Aldana o Nando entre otros. Para formar el equipo se tenían que consolidar y la 91-92 fue una temporada muy complicada.
Arsenio Iglesias se hizo a un lado y dejó el timón del equipo a Boronat, pero los malos resultados hicieron que regresara en la jornada 31. Finalmente derrotaron al Betis en la promoción para mantener la categoría.
En Copa las cosas fueron muy distintas, ya que, como dos campañas atrás alcanzaron las semifinales y sólo pudo con ellos el que a la postre sería campeón, el Atlético de Madrid.
Definitivamente Arsenio Iglesias se instaló en el banquillo coruñés. El Bruxo de Arteixo, que jugó en el Depor en la década de los 50, se iba a convertir en una leyenda blanquiazul por su buen hacer como técnico.
El equipo del Bruxo
Eran un equipo pequeño, pero necesitaban figuras para acometer su ambicioso proyecto. Así Lendoiro se empeñó primero en traer a Mauro Silva, proveniente del Bragantino brasileño, bajo la promesa de que también iba a fichar a Bebeto.
El delantero había goleado sin parar primero con el Flamengo y luego con el Vasco de Gama. Se decía que su fichaje por el Borussia Dortmund estaba hecho, pero allí se plantó Lendoiro en la puerta de su casa día y noche.
¿Cómo le convenció? Le dijo a su mujer que en A Coruña había una playa como la de Copacabana.
Razón no le faltaba, pero omitió un pequeño detalle, aquí llovía mucho, pero mucho más. En su primer año en A Coruña Bebeto fue pichichi con 29 tantos.
A estos dos fichajes de relumbrón se les unió la consagración en el equipo de un joven canterano, Fran. Un talentosos futbolistas que se desenvolvía bien en casi todas las posiciones de la medular.
Tenía un guante en su zurda, una extraordinaria visión de juego, dotes de liderazgo, y, a pesar de su enorme calidad era sacrificado en defensa.
Por todo esto O Neno pasó 17 temporadas en Riazor y es el jugador con más partidos en la entidad coruñesa (664) a mucha distancia del segundo en la lista, Manuel Pablo (482).
El Bruxo dotó de carácter y solidez al equipo, y, de coquetear con el descenso pasaron a codearse con los grandes, quedando terceros en la 92-93 a sólo cuatro puntos del campeón.
Hay un partido de aquella campaña que marcó el nacimiento del Super Depor. En la jornada 5 iban líderes invictos y el Real Madrid visitaba Riazor. Los blancos se adelantaron 0 a 2 en apenas 25 minutos.
Parecía que volvía la inconsistencia blanquiazul de antaño, pero le dieron la vuelta en una excepcional segunda parte con doblete de Bebeto y gol de Rocha en propia meta.
Aquel día comenzó una racha de 17 años sin vencer en tierras gallegas, la peor de los blancos en cualquier estadio.
Te quiero igual
Con estos mimbres llegaron a la temporada 93-94. Quisieron apuntalar la zaga y el centro del campo con dos veteranos, Donato del Atlético de Madrid y la leyenda valencianista Voro.
Empezaron algo dubitativos, pero en el primer tercio de campaña cogieron velocidad de crucero y se subieron al liderato. Una plaza que iban a ocupar desde la jornada 14 hasta la penúltima.
Pese a ser un equipo pequeño, la presión de la prensa, el constante agobio de los rivales y la ilusión de la afición por levantar la primera Liga en tierras gallegas terminaron por pasarles factura.
El Dream Team hizo una segunda vuelta inmaculada. Cruyff hizo de las suyas (cosas de los tiempos antes se podían elegir los horarios), adelantando los partidos del Barcelona para meter presión a los coruñeses.
A falta de cuatro jornadas para la conclusión del campeonato apenas 2 puntos separaban a los contendientes. Se avecinaba un final de infarto.
Justo en el peor momento el Super Depor se quedó sin gol. En la 35 empataron a 0 contra el penúltimo clasificado, Lleida. Una jornada más tarde de nuevo igualada sin goles en casa frente al Rayo Vallecano.
Los chicos de Cruyff a la suya, habían goleado al Celta y Sporting de Gijón. En la penúltima vencieron contra todo pronóstico en el Bernabéu con gol de Amor. El Depor logró una agónica victoria en Las Gaunas. Dos goles que les mantenían en la pelea.
Ese mismo día y sin aparente relación en Mestalla expulsaron a Sempere y González le sustituyó. Paró un penalti. No iba a ser el único.
El Sevilla visitaba el Camp Nou en la última jornada. Simeone y Suker adelantaron a los hispalenses, pero el recital culé dejaba el marcador en un 5-2 para los locales.
Todo el planeta futbolístico miraba a un estadio, Riazor. Último minuto con cero a cero en el marcador. Nando se interna en el área y cae derribado. El resto es historia.
Djukic lanza. Para González y lo celebra exageradamente (el Valencia no se jugaba nada) ¿Cosa de maletines? El Barça gana su cuarta Liga consecutiva gracias al gol average.
El Super Depor toca metal
Pero si algo tenían los chicos de Arsenio es que no se rendían. Tras 89 años el Deportivo de la Coruña, por fin iba a tocar metal.
En Liga mantuvieron una tensa pugna con el Real Madrid durante toda la temporada 94-95. Finalmente el equipo de Valdano se llevó el gato al agua.
Esta vez la gesta tocó en la otra competición doméstica. La Copa del Rey. Los blanquiazules fueron dejando por el camino al Lleida, Athletic Club y Sporting de Gijón.
El Bernabéu es el escenario de una nueva batalla entre Deportivo de la Coruña y Valencia con otro título en juego.
Manjarín adelanta al Super Depor en el 35’. Mijatovic empata de falta para los che en el 70’. A falta de 11 minutos para el final llega el diluvio universal. Final suspendida.
Tres días más tarde y en el mismo escenario se reanuda el encuentro. Corría el minuto 81’ cuando Manjarin cuelga un balón al área para que Alfredo Santaelena con la cabeza ponga el 2-1 en el marcador.
José Ramón, el hermano de Fran, el día de su despedida levantaba el primer título en la historia del Deportivo. El Super Depor era eterno.
“Arrieros somos y en el camino nos encontraremos” fue la proclama que lanzó Paco Liaño tras el penalti fallado por Djukic. Algo más de 1 año después los deportivistas obtenían su venganza.
Del Super Depor al Euro Depor
Arsenio dejaba el banquillo coruñés. Un año más tarde sería el inquilino de la “casa blanca”. Una aventura que duró poco por la mala temporada del Madrid.
A Coruña llegó el galés Toshack, que nada más aterrizar en A Coruña levantó la Supercopa de España con dos partidos sensacionales, 3-0 en Riazor y 1-2 en el Bernabéu tres días más tarde.
Lendoiro siguió con su obra de ingeniería contable para llevar a algunos de los mejores a Riazor. Así se pasó en A Coruña del Super Depor al Euro Depor.
Fueron llegando al equipo jugadores como Rivaldo, Makaay, Sergio, Capdevila, Valerón, Diego Tristán, Djalminha…etc., y, sobre todo el técnico vasco Javier Irureta, que le dio un estilo propio al equipo.
En 2000 el fútbol saldaba su deuda con el Super Depor y los gallegos conquistaban la Liga. Dos años más tarde hicieron historia de nuevo.
La Federación fijó la final de Copa en el Bernabéu un 2 de marzo de 2002. El día que el Real Madrid celebraba su centenario. Todo parecía en contra de los gallegos, pero una vez más dieron el do de pecho.
A los seis minutos de partido Sergio González regatea en la frontal a Hierro, se interna en el área y bate por bajo a César. Antes de la finalizar la primera parte, Tristán (tantas veces pretendido por Florentino) hacía el segundo.
Raúl recortó distancias en el 58’, pero ya no había vuelta atrás, la segunda Copa viajaba a tierras coruñesas. Centenariazo consumado.
Se podía pensar que aquel equipo había tocado techo tras la conquista dos Copas del Rey y la ansiada Liga. Ni mucho menos.
En verano también alzaban su tercera Supercopa de España derrotando al campeón de Liga, el Valencia de Rafa Benítez.
Un equipo de leyenda
Luego llegarían las gestas europeas, con encuentros inolvidables en Old Trafford, el Olímpico de Múnich o San Siro. Especial mención merece la Champions League 03-04.
En cuartos de final cayeron 4-1 en San Siro ante el campeón. El Milán de Ancelotti parecía imbatible, pero 15 días después Riazor vivió una de sus noches mágicas. Los chicos de Irureta ganaron 4-0 en un partido memorable.
El Deportivo y toda su gente soñaban con la Champions. Hasta San Pancracio se “reía” de ellos. Se quedaron en el penúltimo peldaño hacia la gloria. El sorprendente Oporto de Mourinho les cerró el camino.
Tras aquel penalti errado en el último minuto de la última jornada apareció una pintada en Riazor que decía “Djukic, te quiero igual”.
Exactamente lo mismo pensamos millones de seguidores tras aquella noche. Alguien dijo que del segundo nadie se acuerda, pero es casi más recordada aquella hazaña incompleta del Super Depor, que la cuarta Liga consecutiva del Dream Team.
Aquí radica la grandeza de este equipo. Lo recordamos con cariño y nostalgia. Porque sí, a veces los segundos, permanecen en la memoria. Ellos disfrutaban sobre el campo y nos hicieron disfrutar a todos.