Lo cierto es que aquel torneo de 1995 tuvo muchas y muy buenas historias, aunque la épica y la calidad del gol, con el tiempo ya concluido ha eclipsado todo lo demás.
Como la «curiosa» interpretación de la prensa inglesa de los cánticos de los aficionados maños en La Romareda durante el duelo contra el Chelsea.
Pero si hay un nombre injustamente eclipsado es el de Juan Eduardo Esnáider.
El delantero argentino cruzó el charco con apenas 17 años y la vitola de gran promesa. En el Real Madrid no tuvo suerte, la exigencia del primer equipo le relegó al Castilla y con 20 años recaló en Zaragoza.
Allí disfrutó de minutos y dio sus mejores años. El gol de Esnáider sirvió para abrir el marcador de aquella final contra el Arsenal, quizá sea el menos recordado, pero es un autentico golazo.
Poco después llegó el gol inglés y el apoteósis final que todos recordamos, pero que no habría sido posible sin esta obra de arte de Juan Eduardo Esnáider.