Tras vencer a Chipre en septiembre visitó la ex república yugoslava.
Javier Clemente salió con: Zubizarreta; Camarasa, Voro, Nadal, Sergi; Hierro, Goikoetxea, Guerrero, Guardiola (Caminero 63’); Amavisca (Ziganda 80’) e Higuera.
Fiel a sus costumbres, Clemente hizo de España una selección muy fiable defensivamente, aunque algo rácana en cuestiones ofensivas.
Sus resultados son innegables, ya que fue la primera selección en conseguir la clasificación para el torneo y no conoció la derrota en toda la fase de clasificación.
Frente a Macedonia se impuso 0-2, gracias a un doblete de Julio Salinas. El segundo llegó en el minuto 23 y se hizo bastante de rogar, manteniendo la incertidumbre durante varios segundos y con un final algo cómico.
Hierro botó una falta lateral bastante lejana que rechazó el portero, Salinas en boca de gol mandó el balón al travesaño. El rechace lo recogió Caminero, que con una vaselina salvó a la defensa macedonia pero el balón se estrelló de nuevo contra el poste.
Tras este galimatías llegó el gol de Julio Salinas, que se levantó del suelo cabeceó a la red poniendo fin a esa sucesión de ocasiones., obteniendo el perdón de la hinchada tras su clamoroso error en los cuartos de final del anterior Mundial ante Italia.
Así era la España de Clemente, un equipo de otra época en las antípodas del «tiki-taka».