Vergüenza nacional
La prensa y los aficionados no estaban dispuestos a pasar ni una más a los jugadores y sobre todo al seleccionador Javier Clemente, sobre cuya cabeza pendía la espada de Damocles.
“El Rubio de Barakaldo” sustituyó en el cargo a Vicente Miera en 1992, tras no conseguir la clasificación para la Eurocopa de ese verano.
Daba comienzo la “España del patadón”. Quedaba desterrado el juego elaborado y el centro del campo lucía plagado de jugadores de corte defensivo. Una España “amarrategui”, que renunciaba a cualquier tipo floritura.

Once inicial de España en el partido frente a Chipre el 5 de septiembre de 1998 (Fuente: www.pinterest.es)
La confianza en este sistema solo perduró el tiempo que se cosecharon unos resultados más o menos aceptables.
No obstante, la ilusión se apoderó de los españoles en el Mundial de 1994, “La Roja” llegó a Estados Unidos con una de las mejores plantillas de su historia.
De la ilusión a la debacle
Hicieron un buen papel, pero la desidia arbitral tras el codazo de Tassotti a Luis Enrique y, la eficacia de los Baggio (Dino primero y Roberto después), unida a la falta de puntería de Salinas ante Pagliuca, apearon a España en cuartos de final.
Dos años después en la Eurocopa, la anfitriona Inglaterra, eliminó a los españoles en la misma ronda desde el punto de penalti.
El crédito se le acababa a un técnico, siempre punzante en rueda de prensa, que se presentó con otro equipazo para el Mundial de Francia.

Salinas en el partido frente a Italia en el Mundial de 1994 (Fuente: www.publico.es)
Todo empezó a torcerse un 13 de junio de 1998 en el Stade de la Beaujoire. España cayó contra todo pronóstico frente a una buena selección nigeriana (Zubizarreta puso bastante de su parte), complicando la clasificación.
Los peores augurios se confirmaron seis días después. El empate sin goles ante Paraguay provocó que «La Roja» dejase de depender de sí misma parar pasar a la siguiente ronda.
La victoria de los guaraníes frente a Nigeria dejó en agua de borrajas la mayor goleada de la selección española en un Mundial. Un 6-1 logrado ante Bulgaria.
Eliminados a las primeras de cambio, el panorama no era nada halagüeño para el técnico vasco, que se mantenía firme en su decisión de no abandonar el cargo.

Zubizarreta falló en uno de los goles de Nigeria a España en el Mundial 1998 (Fuente: www.marca.com)
Chipre saca los colores a España
Clemente confiaba en que el asequible grupo de clasificación para la Eurocopa 2000 sirviese para ofrecer la mejor versión del equipo y calmar los ánimos.
Los rivales eran Austria, Chipre, Israel y San Marino, todos ellos más que accesibles para uno de los mejores conjuntos del Viejo Continente.
El 5 de septiembre de 1998 España visitaba Lárnaca para medirse a Chipre, una selección a la que se habían enfrentado en 6 ocasiones, logrando pleno de victorias, 25 goles a favor y solo 2 en contra.

Morientes pugna por un balón en el Chipre vs España del 5 de septiembre de 1998 (Fuente: www.elmundo.es)
Pero aquel día la historia en el Estadio Antonis Papadopoulos iba a ser bien distinta. Contradiciendo sus propios principios Clemente presentó una formación con cinco delanteros: Luis Enrique, Alfonso, Etxeberria, Raúl y Morientes.
Una primera parte infumable estaba a punto de concluir cuando Panagiotis Engomitis sorprendió a Cañizares y a los casi 5.000 espectadores presentes en el estadio chipriota, con una vaselina impecable.
Si ya de por sí había escasez de confianza en los jugadores españoles, la tembladera de piernas comenzó a ser irrefrenable. Recién salidos del vestuario llegó el segundo golpe.
Ante la pasmosa pasividad de la zaga Sinisa Gogic recibió en el área y la puso en la escuadra. España no estaba…. Ni se la esperaba.

Clemente junto a su cuerpo técnico tras el partido ante Chipre (Fuente: as.com)
Clemente, fulminado
A la inoperancia defensiva se le unía una increíble ineficacia ofensiva. Jugadores profesionales incapaces de crear una ocasión de peligro a una selección amateur como Chipre.
En el 73’, un siempre oportunista Raúl, recortó distancias rematando un excepcional pase de Hierro, pero cuatro minutos después el sopapo fue monumental.
Con España volcada para al menos salvar su honor, Milenko Spoljaric logró el tercero con un cabezazo digno de Santillana.

Portada el Diario Marca tras las derrota de España ante Chipre
(Fuente: twitter.com/renaldinhos)
Los españoles siguieron topándose con el muro chipriota hasta que Morientes anotó el segundo gol en el último minuto. Buen gol, pero insuficiente.
Chipre, un equipo amateur había derrotado a una España siempre candidata a todo (más de boquilla que otra cosa en aquella época). La situación era insostenible. Irreversible para Clemente, que fue cesado ipso facto.
Una nueva esperanza…
Camacho le relevó en el cargo y el conjunto español logró pleno de victorias en lo que restaba de clasificación, consiguiendo contundentes goleadas ante Austria (9-0), San Marino (0-6 y 9-0) y, apenas un año después de la debacle en Lárnaca derrotaron a Chipre 8-0 en Badajoz.
El juego y los resultados convencían. Otra cosa fue lo sucedido durante el verano de 2000 en Holanda. Tras la derrota inicial frente Noruega, España logró una agónica clasificación con el gol de Alfonso ante Yugoslavia, pero de nuevo cayó en cuartos.
En esta ocasión la indomable Francia de Zidane y aquel penalti al limbo de Raúl terminaron con las esperanzas españolas.

Penalti fallado por Raúl ante Francia en la Eurocopa 2000 (Fuente: www.vice.com)
Roberto y Dino Baggio no eran hermanos
No.