El rojo, salvo en un breve período de tiempo, siempre ha estado vinculado a la camiseta de la selección española desde su nacimiento en 1920.
Este color fue elegido por Gonzalo de Figueroa y Torres, en ese momento presidente del Comité Olímpico Español. Además en aquellos Juegos Olímpicos disputados en Amberes los futbolistas que obtuvieron la medalla de plata lucieron un león rampante amarillo bordado en el pecho.
Durante el período de la Guerra Civil y en los primeros años de la dictadura por motivos políticos los colores predominantes fueron el blanco y el azul, pero el rojo siempre ha sido la seña de identidad de esta selección, formando parte también de su apodo primero “La Furia Roja” y desde comienzos del siglo XXI simplemente “La Roja”.
Cuando “La Roja” casi deja de serlo
Durante aquella guerra cainita el bando sublevado identificó el color rojo con sus enemigos republicanos, utilizándolo incluso como calificativo despectivo para referirse a ellos. El rojo pasó a ser un color prácticamente prohibido.
Por este motivo, desde finales de la década de 1930 hasta bien entrados en la de 1940 la camiseta de la selección española fue completamente blanca con pantalón oscuro o incluso azul marino toda la equipación.
Cuentan que Carrero Blanco, uno de los hombres de confianza del dictador Francisco Franco, fue el que más insistió en que la camiseta de la selección española fuese en adelante siempre azul.
Fue en 1947 cuando el general Moscardó , Delegado Nacional de Deportes, vio oportuno que la selección regresase al rojo y, desde ese momento hasta nuestros días ha sido el color predominante en su camiseta.
En 1981 por primera vez en la historia la camiseta de la selección española lució el logo de una marca deportiva, fue la alemana Adidas, con sus míticas tres rayas amarillas recorriendo toda la manga.
Curiosamente la selección española no vestía de rojo cuando logró algunos de sus mayores éxitos, como la primera Eurocopa en 1964 o la conquista de la Copa del Mundo ante Holanda en tierras sudafricanas en 2010.
En la primera de esas citas también fue la dictadura la que les obligó a vestir de azul. Enfrente tenían a la URSS y además del futbolístico, sobre el césped del Santiago Bernabéu, hubo un duelo ideológico. Aunque unido a lo anterior también debemos destacar que en aquella época a modo de cortesía era el local el que cambiaba de color, permitiendo al visitante lucir su primera equipación.