El vigente campeón, Real Madrid, era el favorito como casi siempre, mientras que el Sporting de Gijón, subcampeón la temporada anterior y, menos acostumbrado a ocupar esos puestos en la tabla era otro claro aspirante al título.
Para completar la terna de candidatos al título estaba la Real Sociedad que, como se suele decir es el más pequeños de los grandes equipos de la Liga.
Prometo dedicarle su propio post al Sporting de la temporada 78-79, la del subcampeonato, que por sí solo lo merece.
La verdad es que ese combate a muerte a tres bandas no tardo mucho en convertirse en un cara a cara, ya que el Sporting, sus opciones se fueron diluyendo con el discurrir del campeonato, al no poder mantener la regularidad que le exigían sus oponentes.
Tras haber sido líder desde la jornada 3 hasta la 9, cuando perdió en el Villamarín, cayó a la 3ª posición, para no abandonarla hasta el final de temporada.
Montaña rusa en la tabla
Los de Atotxa eran un bloque compacto. Un 11 de esos que pueden recitarse de memoria sin variar un solo hombre salvo lesión o sanción. Los once habituales de Alberto Ormaetxea eran: Arconada, Celayeta, Olaizola, Kortabarría, Gajate, Periko Alonso, Zamora, Diego, López Ufarte, Satrustegui e Idígoras.
Desde la jornada 9 «txuri-urdin» y «merengues» fueron intercambiando posiciones hasta el final de temporada. Entre las jornadas 10 y 13 los donostiarras lideraron la tabla, con 4-0 incluido a su rival por el título.
A partir de la jornada 14 los blancos tomaron el relevo, tras derrotar al Sevilla y que los donostiarras no pasaran del empate frente al Burgos.
En la 17 los Realistas empataron con los vecinos del líder, el Atlético de Madrid, pero en esta ocasión el Athletic les echaba una mano derrotando a los blancos por 3-0. Esto hizo bueno el punto cosechado, devolviendo el liderato a San Sebastián.
Cinco jornadas después iban a perderlo de nuevo tras no pasar del empate en su difícil visita al Camp Nou, mientras que el Real Madrid conseguía vencer por la mínima en La Romareda encaramándose a lo más alto de la tabla.
No sería por mucho tiempo, ya que tan solo una fecha más tarde la Real vencía al Almería y el Real Madrid sumaba tan solo un punto en la visita del Betis al Bernabéu. Una auténtica montaña rusa clasificatoria.
En el momento más inoportuno
Así llegaron a la penúltima jornada. La Real encabeza la tabla con 50 puntos sin haber cosechado una sola derrota en toda la temporada. Inmediatamente detrás el Real Madrid, con 49 y 3 derrotas en su haber.
Hay que recordar que en ese momento solo había 18 equipos en Primera y que cada victoria se premiaba con 2 puntos, mientras que el empate sumaba uno como en la actualidad.
La Real Sociedad llevaba 38 jornadas consecutivas sin conocer la derrota. Desde abril de 1979. Más de un año desde que cayera en el Sardinero ante el Racing de Santander.
Todo hacía indicar que continuaría agigantando aquel inmenso récord de imbatibilidad en la Liga, pero a veces los cuentos con final feliz son historias inacabadas.
Aquel 11 de mayo del 80, los donostiarras visitaban el Pizjuán para medirse a un Sevilla que navegaba en mitad de la tabla, sin nada en juego, salvo una suculenta prima con la que el club merengue había motivado a los hispalenses.
La voluntad renovada (financiada) de los sevillistas les hizo adelantarse ante una Real atenazada por el mal de altura. Para colmo, su goleador López Ufarte, había sufrido un cólico nefrítico y se encontraba hospitalizado aquel día.
En el minuto 65, Zamora ponía la esperada igualada y como si San Sebastián estuviera echándoles un cable, Pablo Blanco y Juan Carlos eran expulsados por protestar un supuesto fuera de juego en el gol visitante, dejando a los hispalenses con 9 hombres sobre el verde.
Todo indicaba que iba a terminar en tablas, pero de nuevo el argentino Bertoni ponía el 2-1 definitivo, y puso fin al récord e imbatibilidad de la Liga .
Una derrota para crecer
El Madrid se aupaba al liderato tras su victoria en Las Palmas y hacía añicos las ilusiones blaquiazules. Se sabe que su «desinteresada» gesta les reportó 4,5 millones de pesetas.
Se llegó a última jornada con todo en juego. Los blancos esperaban la visita de «Los Leones» mientras que la Real recibía a los colchoneros en Atotxa. Necesitaban una victoria y que los vikingos no ganasen a los bilbaínos. No bastaba con la ayuda divina de San Sebastián, necesitaban además el favor de San Mamés.
A pesar de imponerse por 2-0 a los colchoneros, sus vecinos bilbotarras no pudieron cumplir con su parte del trato y el Real Madrid ganaba su vigésimo campeonato de Liga.
Ese año ambos conjuntos rebasaron el récord de puntuación vigente hasta entonces. Además los donostiarras fijaron un nuevo récord de imbatibilidad de la Liga, pero como ellos mismos admiten, aquella plusmarca sin trofeo les perjudicó en varias ocasiones durante la temporada.
En parte les arrebató la ambición de intentar ganar muchos partidos, conformándose con el empate, algo que a largo plazo les despojó del ansiado título. Durante 38 años su marca permaneció intacta hasta que el FC Barcelona la batió permaneciendo 43 jornadas invicto.
Una racha que, cosas del destino, arrancó con un 3-2 frente a la Real Sociedad el 15 de abril de 2019 y se mantuvo hasta el 13 de mayo de 2018 cuando los culés cayeron 5-4 frente al Levante.
Este final amargo sirvió para sentar las bases de aquel trienio de oro realista, pero eso es otra historia, o como suele decirse, continuará…
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