Los Real Madrid vs Inter fueron enfrentamientos recurrentes durante la década de los 80, en los que la eliminatoria siempre cayó del lado blanco. En la semifinales de la Copa de Europa 1980-1981 derrotaron a los nerazzurri en semifinales.
Dos años después hicieron los propio en los cuartos de final de la Recopa de Europa. En ambos torneos los merengues cayeron en la final, ante Liverpool primero y frente al Aberdeen, el año de los cinco subcampeonatos blancos.
En octavos de final levantaron en el Santiago Bernabéu el 5-1 cosechado en tierras germanas ante el Borussia Mönchengladbach y, en cuartos el desconocido Neuchatel Xamax estuvo a punto de darle la vuelta al 3-0 recibido en Madrid.
Como un año atrás se cruzaron en el último peldaño antes de la final Real Madrid e Inter de Milán y, como en esa ocasión los blancos perdieron el partido de ida frente a los nerazzurri en el Giuseppe Meazza.
El 10 de abril de 1985 el Inter creía haber encarrilado la eliminatoria gracias a los goles de Alessandro Altobelli y Liam Brady. Nada más lejos de la realidad.
Tras ese encuentro en el coliseo lombardo, Juanito dijo su famosa frase: “Noventa minuti en el Bernabéu son molto longos”
14 días después los goles de Michel y Santillana por partida doble permitieron que los merengues accediesen por primera vez a la final de la UEFA, torneo que conquistaron ante el Videoton.
Alta tensión
En la 1985-1986 de nuevo se veían las caras en la penúltima ronda de la UEFA. Los nerazzurri, sedientos de venganza, doblegaron a los blancos 3-1 con dos tantos de Marco Tardelli y otro en propia puerta del zaguero blanco Salguero.
Jorge Valdano puso la primera piedra para la remontada en el 87’. Y así iba a ser. Aquel Madrid, que vivía instalado en la épica, iba a superarse a sí mismo.
El 16 de abril de 1986 el Bernabéu vivió uno de los duelos más apasionantes en la historia de las competiciones europeas. Dos colosos estiraron la eliminatoria hasta una prórroga apoteósica, que podría competir en espectacularidad con el «Partido del Siglo» vivido en 1970 en el Estadio Azteca.
Como en remontadas anteriores, los blancos salieron decididos a intimidar a sus rivales, acogotándoles en su área espoleados por un Bernabéu convertido en caldera.
Al equipazo con el que ya contaba Luis Molowny se unieron Gordillo, Maceda y Hugo Sánchez, que rebautizó al equipo como “La Quinta de los Machos”.
Por su parte, la entidad interista también contaba con grandes jugadores, algunos de ellos campeones del mundo con Italia precisamente en el Bernabéu en 1982, Tardelli, Bergomi, Altobelli, Marini y Collovatti, a los que se les unía el talento del delantero alemán Karl-Heinz Rummenigge y del centrocampista irlandés Liam Brady
Pese al acoso de los locales, al filo del descanso el 0-0 campeaba en el marcador. Alguna que otra genial parada de Walter Zenga y la falta de puntería de los atacantes le negaban el gol a los blancos.
Mismo rival. Idéntico desenlace
En el último minuto del primer acto un riguroso penalti de Mandorlini sobre Michel y, transformado por Hugo Sánchez ponía a un gol de la final a los locales.
La segunda parte arrancó cargada de polémica. Gallego recibió una patada brutal a la altura de la rodilla y acto seguido Giuseppe Baresi cometió penalti sobre Butragueño, aunque no pareció opinar lo mismo el colegiado holandés Jan Keizer.
A los cinco minutos de la reanudación una internada de Michel terminó con un centro envenenado que impactó en la parte superior del larguero de Zenga. Poco después llegó la réplica nerazzurri con un zurriagazo de Bergomi que impactó con violencia en el poste.
La intensidad era terrible los jugadores italianos estaban al límite del reglamento en cada acción. En el 63’ Gallego colgó un balón desde la banda derecha y Gordillo entró como una exhalación para dar al Real Madrid la clasificación momentánea.
Poco duró la alegría a los locales. Tres minutos después Michel agarró a Collovatti que cayó dentro del área. Brady se encargó de subir el 2-1 al marcador desde los once metros. Las emociones estaban a flor de piel en el Bernabéu.
Los blancos no se resignaban a caer eliminados y seguían merodeando la portería italiana. En el 74’ una genialidad de Butragueño con dos recortes sublimes finalizó con un zaguero arrollándole dentro del área.
Hugo Sánchez puso el 3-1. La igualada de la eliminatoria. Quedaban 15 minutos de infarto. Nadie logró perforar de nuevo la meta contraria y el partido se marchó a la prórroga.
Santillana beatificado en el Santiago Bernabéu
El tiempo extra no pudo empezar mejor para los merengues. En el 93’ Hugo Sánchez botó un córner, Zenga salió mal y Santilla puso de cabeza (como no) el 4-1.
El delirio fue total en el coliseo blanco al final de la primera parte de la prórroga. Con el Inter volcado (un gol les clasificaba) Gallego envió un balón en profundidad para montar un contragolpe dirigido por Butragueño
“El Buitre” la cedió a la derecha para que Hugo diese el pase de la muerte y Santillana marcase a placer. 5-1. El Madrid lo había vuelto a hacer. Los jugadores interistas no podían creérselo.
Aquel 16 de abril fue un día histórico para el fútbol español, Atlético de Madrid, FC Barcelona y Real Madrid, accedieron a las tres finales de los torneos continentales la misma noche. Un hito inédito.
Los colchoneros se deshicieron del Bayer Uerdingen y el FC Barcelona remontó al IFK Göteborg, pero ambos cayeron en la final de la Recopa y Copa de Europa frente a Dinamo de Kiev y Steaua de Bucarest respectivamente.
Por su parte el Real Madrid por segundo año consecutivo se metió en la final de la Copa de la UEFA y, de nuevo levantó el título, derrotando en esta ocasión al FC Colonia.
El idilio de “La Quinta del Buitre” con la Copa de la UEFA contrasta con los tres sonoros tropiezos que los merengues tuvieron en su competición fetiche. Bayern de Múnich, PSV y AC Milan negaron la gloria a un excelente equipo que reinó en España y en el segundo torneo continental.