Conocido como «El Pelé Blanco», era un centrocampista ofensivo con un trato de balón exquisito, destacando especialmente por su excepcional golpeo de balón y sus eléctricos regates.
Zico, aunque de ascendencia portuguesa, nació y se crio en Brasil por lo que desarrolló la mayor parte de su carrera en su país natal, en las filas del Flamengo. Ya maduro probó suerte en el Udinese y Kashima Antlers de Japón.

La canarinha debutó España 82 en el Sánchez Pizjuán ante la URSS y cuatro días después jugó frente a Escocia en el Benito Villamarín.
Los escoceses golpearon primero adelantándose en el minuto 18, pero Zico puso las tablas con una de sus especialidades, el balón parado.
El gol de Zico a Escocia mostró una ejecución perfecta. Una masterclass de cómo se ejecuta una falta al borde del área.
En cuanto al partido, Brasil arrroyó a los británicos en la segunda parte anotando 3 goles más.
Zico fue el tercer máximo goleador de aquella Copa del Mundo, pero su selección cayó antes de los esperado (y deseado) por muchos, ya que, fue uno de los equipos que mejor fútbol practicó en el torneo.
Destacó a lo largo de su carrera por su gran capacidad goleadora, más aun teniendo en cuenta que no era un delantero puro.
En aquel Mundial había una segunda fase de grupos, en la que fueron encuadrados junto con Argentina e Italia.
Brasil no consiguió el liderato que daba acceso a semifinales, fueron los italianos quienes se hicieron con el cetro mundial, en gran parte gracias a un tal Paolo Rossi.