4.000 aficionados pagaron un chelín por entrada. Desafiaron al frío y la lluvia para ver el duelo entre dos naciones vecinas. Inglaterra y Escocia se enfrentaron en el campo de criquet Hamilton Crescent.
Durante los dos años anteriores ambas selecciones se habían enfrentado en cinco ocasiones en The Oval, ubicado en el barrio londinense de Kennington.
El deporte nacional seguía siendo el criquet. En invierno había parón de la competición y jugaban al fútbol para mantenerse en forma. Estos encuentros no tienen validez oficial para la FIFA, debido a que varios jugadores escoceses habían nacido en el país vecino.
Un duelo histórico
Tras arduos debates acordaron jugar el encuentro para celebrar la festividad de San Andrés, patrón de Escocia.
Ninguno de los dos países contaba aún con un campeonato de Liga. Esto propició que todos los jugadores escoceses convocados fueran del Queen’s Park Rangers.
Por su parte, los internacionales ingleses precedían del Wanderers Football Club (campeón de la primera edición de la FA Cup), otros nueve clubes y varios estudiantes de la Universidad de Oxford.
El fútbol en sus orígenes era entendido como un deporte eminentemente ofensivo y se descuidaba la defensa.
Para muestra un botón. Aquel día los escoceses se plantaron en el campo con un 1-2-2-6. Los ingleses aún más atrevidos con un 1-1-1-8. Muchos delanteros. Ningún gol.
El encuentro finalizó 0-0, resultado que no se volvió a repetir hasta 1970. Durante casi un siglo siempre hubo al menos un gol en sus enfrentamientos.
Auld Enemies
“The Three Lions” y “The Tartan Army” se han visto las caras en 116 ocasiones, con un saldo de 49 victorias inglesas, 42 escocesas y 25 empates. Los primeros han marcado 189 goles por los 169 de los segundos.
Pese a que los ingleses dominan la estadística particular entre ambos equipos, los escoceses comenzaron dominando con un parcial de 10-2 y no fueron superados en victorias por sus archienemigos hasta 1983.
Los “Auld Enemies” ostentan un récord en el fútbol europeo. En 1937 acudieron a ver este duelo en Hampden Park 149.415 espectadores. Nunca un estadio del Viejo Continente ha estado tan abarrotado.
Esta asistencia solo ha sido superada en el Brasil vs Uruguay del Mundial 1950, cuando se rozaron los 200.000 espectadores en Maracaná.
Entre 1884 y 1984 se disputó el British Home Championship. Un torneo por el dominio futbolístico en las islas británicas. Se jugaba cada año de ahí que haya habido tantísimos enfrentamientos entre ambos equipos.
Los ingleses dominaron con 54 victorias, seguidos de Escocia con 41. Más lejos quedaron Gales con 12, Irlanda e Irlanda del Norte con 8 respectivamente. Se puede afirmar que el hooliganismo desatado de los años 80 terminó con esta bonita tradición del fútbol británico.
Otro aspecto a destacar de aquel encuentro de 1872 es que fue amistoso tanto sobre el césped como en la grada. Ni una entrada fea. Ni un mal gesto entre dos aficiones que mantuvieron la cordialidad durante casi un siglo.
Contraste absoluto con lo sucedido en una de las últimas visitas de Inglaterra a Escocia, que terminó con múltiples incidentes en los aledaños del estadio y cientos de detenidos.
Wembley Wizards
En 1928 tanto ingleses como escoceses habían caído contra todo pronóstico frente a Gales e Irlanda en la British Home Championship. A priori el “Auld Enemies” había quedado deslucido. Todo lo contrario. Fue un partido para el recuerdo.
El combinado escocés fue un auténtico ciclón en Wembley llevándose la victoria por 1-5. Hito por el que se conoció a aquel equipo como Wembley Wizards.
En 1967 los escoceses volvieron a poner patas arriba el coliseo del fútbol inglés ante la vigente campeona del mundo. Los de la rosa en el pecho llevaban dos años sin caer derrotados. Un total de 19 encuentros sin conocer la derrota, hasta que su viejo enemigo se cruzó en el camino.
Diez años después se vivió otro partido histórico de los “Auld Enemies”. Era la final del British Home Championship. Los escoceses dieron de nuevo la campanada imponiéndose 1-2 en casa de su eterno rival.
Un incipiente movimiento conocido como hooliganismo empezaba a dominar todo lo que rodeaba al fútbol en las islas. Tras el pitido final del colegiado los aficionados de la “Tartan Army” tomaron el césped de Wembley.
Miles de personas enfervorizadas arrasaban con todo lo que veían a su paso. Sólo les faltó enseñar sus posaderas a los ingleses al estilo Braveheart.
Football is coming home
30 años después de organizar la Copa del Mundo, el país donde nació el balompié organizaba la Eurocopa. “Football is coming home” cantaban los ingleses.
Curiosamente es el único gran torneo hasta la fecha en el que estos viejos enemigos se han visto las caras.
Sucedió el 15 de junio de 1996. En Wembley. No podía ser en otro sitio. Los “Pross» se llevaron el gato al agua en aquel duelo de la fase de grupos por 2-0. Marcaron Alan Shearer y Paul Gascoigne.
Mucho antes. Concretamente el 15 de abril de 1961 se vieron 12 goles en el enfretamiento de los «Auld Enemies«. Inglaterra vapuleó a sus vecinos por 9-3.
Jimmy Greaves marcó un hat-trick. También se unieron a la fiesta sus compañeros Bobby Robson, Bryan Douglas, así como Johnny Haynes y Bobby Smith con sendos dobletes.
El fútbol nació en las islas británicas. También surgió allí la rivalidad ancestral entre dos vecinos. Los “Auld Enemies”. Fútbol en estado puro