Sucedió el 28 de mayo de 1958. El día que el Real Madrid levantó su tercer título continental al cielo de Bruselas.
Fue una edición prácticamente inmaculada para los blancos en la que contaron por goleada sus partidos como locales: 6-0 ante el Royal Antwerp, 8-0 al Sevilla FC y 4-0 al Vasas SC, cayendo únicamente en el partido de vuelta ante los húngaros 2-0.
En la gran final disputada en Heysel se vieron las caras con el AC Milan que llegaba por primera vez a dicha instancia y que les puso las cosas más que difíciles, adelantándose hasta dos veces en el marcador con goles de Schiaffino (59’) y Grillo (77’), que igualaron Di Stéfano (74’) y Rial (79’).
De esta forma llegaron a la prórroga con 2-2 y allí emergió la figura de Paco Gento, que con un potente zurdazo en el minuto 107 perforó la meta milanista para dar el tercer entorchado continental consecutivo a los merengues.
Además de la velocidad, la arrancada y el desborde, el disparo duro y seco fue una de las mayores virtudes de uno de los mejores extremos en la historia del fútbol.