Heysel. Cuando el fútbol se viste de luto
A lo largo de este deporte se han sucedido un sinfín de catástrofes que han provocado la muerte de gran número de aficionados.
Una parte de estas han sido fruto de problemas estructurales de los estadios. Derrumbes de gradas o similares. Hoy nos centramos en algunas provocadas por turbas de descerebrados, marabuntas de radicales, llámense como se llamen, dependiendo de su origen: ultras, supporters, hooligans, barras…

Tragedia de Heysel, el 29 de mayo de 1985 (Fuente: www.panenka.org)
Aunque por suerte son una especie en peligro de extinción, el fútbol actual tiende a resucitar sus viejos demonios. Ya sabéis aquello de que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra.
De tragedia en tragedia
Con el avance del siglo XX el fútbol se fue convirtiendo en un deporte de masas, haciendo de los partidos eventos multitudinarios de gran seguimiento.
La primera tragedia de este tipo de la que se tiene registro tuvo lugar en 1946, en el Estadio de Burden Park de Bolton. Se saldó con 44 muertos y más de 500 heridos por las multitudinarias peleas entre “aficionados” locales y del Stoke City.
A continuación, le sucedieron los 152 muertos de Nápoles, de 1955, tras pitar un penalti a favor del Bolonia. 50 de ellos fueron policías locales.

Imagen de la tragedia de Nápoles en 1955 (Fuente: www.sopitas.com)
En 1964 fallecieron 328 personas y hubo 500 heridos en el Estadio Nacional del Perú la blanquirroja se jugaba frente a Argentina una plaza en los Juegos Olímpicos de Tokio.
Tras anular el gol que daba el empate a los locales se produjo una invasión de campo para agredir al árbitro. A continuación se originó una batalla campal, que la policía trató de disolver con perros y gases lacrimógenos que generaron estampidas y avalanchas en el interior del estadio. El trágico final ya lo conocemos
En 1968, 71 muertos y 150 heridos en Buenos Aires durante el Superclásico disputado en El Monumental, la mayoría fallecieron por asfixia.
Escocía no fue menos en este triste resumen. Como prueba los 76 fallecidos en el desastre de Ibrox durante el derbi de Glasgow en 1971.
En 1982 en Moscú fallecieron 340 aficionados y más de .1000 resultaron heridos por una avalancha humana en una época en la que las autoridades y dirigentes los clubes apenas ponían medidas para perseguir este fanatismo que generaba violencia y muerte entre sus seguidores.

Hooligans ingleses en los años 70 (Fuente: www.youtube.com)
Duelo de potencias
Como podéis ver la tragedia de Heysel, en cifras, no es tuvo un balance más trágico, pero si la que más importancia tuvo, tal vez por la entidad del partido, tuvo mayor difusión que a las anteriores.
Esto multiplicó la trascendencia de los hechos y obligó a los capos del mundo del fútbol a tomar medidas para evitar estas catástrofes.
En lo meramente futbolístico podría decirse que era el partido de la década. Una lucha de titanes que iba más allá de un duelo entre el Liverpool y la Juventus o que una final de Copa de Europa más.
Inglaterra, cuna del fútbol, llevaba años siendo la capital mundial de este deporte. Los de Liverpool, era los vigentes campeones de la competición y de las 8 últimas copas de Europa 7 se habían ido a parar a las islas británicas.

Liverpool campeón de Europa en 1984 (Fuente: www.futbolprimera.es)
No había un único equipo poderoso. Había muchos y muy buenos. Manchester United, Everton, Aston Vila, Arsenal o el modesto Nottingham Forest entre otros.
Era habitual que copasen los puestos más altos de las competiciones continentales. Sin duda la mejor Liga del momento.
Italia en cambio, era la potencia emergente, la que intentaba quitar el honorífico puesto de mejor Liga del mundo. La «azzurra» había sido campeona en el ’82 y la Juventus tenía gran parte de esos jugadores.
Platini, el héroe de la Francia campeona del 84 y mejor jugador del mundo, lideraba a aquella «Vecchia Signora«. Pero no estaba sola, la Roma había sucumbido en los penaltis en la temporada anterior y, lo mejor estaba aún por llegar para los italianos.

Platini con el Balón de Oro (Fuente: www.francefootball.fr)
Una bomba de relojería
Ambos equipos se habían enfrentado en la final de la Supercopa de Europa el verano anterior, con victoria para los turineses, algo que generaba una sed de insaciable venganza en los aficionados del Pool.
La rivalidad no solo era deportiva, un año antes en Roma, los ultras romanos habían hecho de las suyas aprovechando su amplia mayoría frente a los ingleses en la final disputada en La Ciudad Eterna.
Sus ataques habían dejado multitud de heridos entre los ingleses que se encontraron en territorio hostil. Esto encolerizó a los hooligans contra los aficionados italianos, aunque se tratase de otro club y otra ciudad. No importaba para ellos.

Ultras del AS Roma en la final de la Copa de Europa de 1984 (Fuente: www.instagram.com)
Era un partido de alto riesgo y todo el mundo lo sabía. En los aledaños del campo hubo incidentes entre ultras italianos y hooligans ingleses.
Dentro del Estadio de Heysel, antes del inicio del encuentro comenzaron los enfrentamientos en las gradas. Por precaución se había dividido físicamente a los aficionados de ambos equipos por zonas del estadio, pero muchos habían adquirido entradas reservadas para aficionados belgas, no catalogadas para ningún equipo.

Estadio de Heysel (Bruselas) 1985 (Fuente: elfutbloglin.blogspot.com)
El resultado fue una amalgama de aficionados de ambos clubes, sin control alguno por esas zonas teóricamente neutrales. Esta fue la raíz del problema, pero hubo varios factores que hicieron de multiplicador.
De aquellos 60.000 espectadores, una gran parte se encontraban en grades de pie, ya que, los fondos estaban compuestos íntegramente por este tipo de localidades.
Tragedia televisada
Una hora antes de comenzar al partido los hooligans ingleses ubicados en uno de los fondos, comenzaron una improvisada “carga” contra aficionados italianos, en su mayoría familias, que estaban en su mismo fondo.
Una turba enfurecida se desplazaba hacia ellos y, en su intento por huir de la pelea provocaron una avalancha de gente contenida contra las vallas del campo y los muros posteriores que separan el graderío de los vomitorios.
Todo fue emitido en directo por las tv de medio mundo. La policía y la seguridad del estadio no estaba preparadas para un incidente así, ya que, los efectivos especializados en este tipo de revueltas estaban en el exterior, donde se esperaba el choque entre aficiones.
Aquel incidente se llevó por delante las vida de 39 personas, en su mayoría italianos, pero también hubo franceses, belgas e incluso un seguidor irlandés, que nada tenían que ver con los grupos ultras.

Portada del diario Marca tras la tragedia de Heysel (Fuente: www.marca.com)
Sin medios sanitarios suficientes y en medio del caos, cadáveres y heridos se acinaban fuera del estadio a la vista de cámaras y resto de asistentes, mientras la UEFA se empeño en que el espectáculo debía continuar.
Las imágenes son muy crudas, por si alguien se las quiere ahorrar.
Heysel lo cambió todo
El partido se disputó con cierta normalidad. Fue bastante igualado y solo Michel Platini desde el punto de penalti pudo decantarlo del lado turinés.
Para mayor vergüenza, esto sucedía solo dos semanas después de la tragedia de Bradford, que, aunque fue producto de un incendió, provocó la muerte de 56 personas.
La UEFA tomó medidas de gran calado para que una tragedia así no volviera a vestir de luto el mundo del fútbol.

La cara de Platini demuestra que no fue una de los títulos más felices de su carrera (Fuente: www.marca.com)
Esos 14 aficionados radicales de Liverpool. Los teóricos culpables de iniciar la avalancha. Fueron condenados a 3 años de prisión, aunque solo cumplieron unos meses de condena.
Bélgica no volvería a acoger ningún evento futbolístico importante durante la siguiente década, aunque sorprendentemente se eximía a la UEFA y a las autoridades belgas de toda responsabilidad.
En Heysel no se ha vuelto a disputar un partido de fútbol. El estadio fue relegado a albergar únicamente competiciones de atletismo.
El Liverpool fue sancionado con 10 años sin poder disputar competiciones europeas, de los cuales cumplió 6.

Tragedia de Bradford apenas dos semanas después de Heysel (Fuente: eleganciayarrogancia.blogspot.com)
Además la UEFA expulsó a todos los equipo ingleses de competiciones internacionales durante 5 años, que se cumplieron íntegramente.
Relevo en el trono
Esto significó de facto el fin del reinado inglés en el fútbol. Provocó la diáspora de sus grandes figuras, que emigraron a destinos más atractivos, tanto económicamente como deportivamente. No olvidemos que el prestigio y el dinero venían de las competiciones europeas.
Algunos de estos cracks aterrizaron en el «país de la bota», que recogió el testigo inglés apropiándose del trono del fútbol que había quedado vacante.
Así comenzó la década gloriosa del fútbol italiano. A rey muerto, rey puesto.

AC Milan campeón de Europa en 1989 (Fuente: tempirossoneri.com)
Para los estadios de fútbol Heysel significó toda una revolución. Fue obligatorio retirar vallas fijas y se prohibieron las localidades de pie, así como introducir objetos que pudieran ser usados como arma arrojadiza.
Se avanzó mucho en la separación física de aficiones, principalmente para cumplir el protocolo de seguridad en el interior de los estadios.
Se tomó como caldo de cultivo para estos grupo radicales la politización del fútbol, por lo que se prohibió la exhibición de simbología nazi en los estadios, en un intento por separar política y deporte.
Fueron medidas beneficiosas para todos, pero no solucionaron todo el problema, todavía nos quedaban por ver escenas horrorosas como las de Hillsborough en 1989.
Aunque ya entonces se invitó a los clubes a combatir individualmente a estos grupos radicales, esto sigue siendo una asignatura pendiente en todo el mundo. Sirva de ejemplo los incidentes que obligaron a trasladar la final de la Libertadores a España.
Este post es un pequeño homenaje a todos los aficionados que perdieron la vida durante un partido de fútbol. Va por ustedes. RIP.
[…] la ausencia de los equipos ingleses por la sanción de Heysel, seguía habiendo rivales durísimos, como los poderosísimos equipos italianos o los siempre […]
[…] final, disputada en Heysel, fue un encuentro disputadísimo. El tiempo reglamentario acabó con 0-0 en el marcador por lo que […]