La ciudad celtíbera no quería sucumbir ante este coloso, cuyo ejército era diez veces mayor. Resistieron estoicamente y ni el hambre ni las penurias les hicieron desistir.
Durante el verano del 133 a.C. algunos numantinos decidieron entregarse, pero la gran mayoría prefirió suicidarse tras las murallas, antes que ser convertidos en esclavos del Imperio Romano.
Más de 1800 años después a escasos 7 kilómetros de la antigua Numancia otro “ejército” hizo soñar a los sorianos con la gloria.
Durante la campaña 95-96 el equipo de la ciudad, el Numancia, militaba en la 2ªB del fútbol español. Ese año no lograron el ascenso (quedaron octavos) pero su gesta en la Copa del Rey marcaría los éxitos venideros.
Sólo tres temporadas después, en la 99-00, el equipo rojillo ascendió por primera vez en su historia a la Liga.
Un sorbito de gloria
El épico camino copero del Numancia comenzó en una localidad cercana a Madrid. La eliminatoria la decidió el valor doble de los goles fuera de casa frente al San Sebastián de los Reyes. Los sorianos hicieron bueno el 2 a 2 de la ida, con la igualada a cero en Los Pajaritos.
En segunda ronda el sorteo les deparó un equipo de Primera División, la Real Sociedad. En la ida se impusieron por dos goles a cero, pero en la vuelta los donostiarras, que contaban con los De Pedro, Karpin, Craioveanu igualaron la contienda en apenas media hora.
Tras 60 minutos de resistencia numantina y una sufrida tanda de penaltis con veinte lanzamientos, los «Rojillos» se llevaron el gato al agua.
La aventuraba continuaba. La tercera ronda la empezaron con un cero a cero en Los Pajaritos, para lograr una nueva machada en la vuelta. En El Sardinero se impusieron al Racing de Santander con un solitario tanto de Jorge Barbarin.
Los octavos de final también iban a ser épicos. Los numantinos derrotaron al Sporting de Gijón por dos tantos a uno.
En la vuelta hicieron gala, una vez más, de su estoica defensa para firmar un empate a cero y plantarse en los cuartos de final. En el horizonte les esperaba el Barça de Cruyff.
El combinado azulgrana no llegaba en su mejor momento, pero el partido era todo un acontecimiento para la afición rojilla.
David contra Goliat
Ante tal expectación la directiva tuvo que instalar una grada supletoria en un estadio que no estaba acostumbrado a tal volumen de asistencia.
Todo hacía pensar que los “guerreros” numantinos sucumbirían ante este coloso del fútbol, pero vendieron muy cara su piel.
Corría el 1 de febrero de 1996. El frío y el ímpetu de los sorianos dejó helado a los jugadores culés. Nada más arrancar la contienda Kike Alonso de cabeza puso en ventaja a los suyos.
El Numancia tuvo varias ocasiones para ampliar su ventaja, pero el barcelonista Juan Carlos Moreno, que 6 años más tarde jugó en el Numancia, le dio la vuelta al marcador en apenas 6 minutos (49’ y ’55).
Un jovencísimo José María Movilla (por aquel entonces con pelo) logró el empate en el minuto 88 con una extraordinaria vaselina sobre Busquets.
El partido de vuelta se jugaba el día de los enamorados de 1996. Ese día el fútbol español quedó prendado una vez más de la resistencia numantina.
En aquel partido saltó a la fama Raúl Ruiz, que narró para Canal + y para todo el país la experiencia de los jugadores sorianos en el Camp Nou.
El equipo rojillo ni siquiera llevaba rotuladas las camisetas, y, en el reportaje se vio como los propios jugadores ponían su nombre con pintura en la parte posterior de la zamarra, tapando la publicidad de Tauritón.
Prometieron que en el marcador del Camp Nou luciría el resultado de 0-1 y aunque no por mucho tiempo, así fue. Jorge Barbarin adelantó a los suyos en el ‘5.
Antes de terminar la primera parte en tres arreones los blaugrana decidieron la eliminatoria con goles de Kodro, Óscar y Nadal.
Numancia en el corazón
El resultado era lo de menos, la resistencia numantina se había ganado el corazón de todos los futboleros españoles, incluso de muchos culés, que les brindaron una sonora ovación mientras abandonaban el césped del Camp Nou.
Su gesta no era para menos. Una vez más quedó demostrado que los millones y las grandes estrellas no lo son todo en el fútbol.
El amor por este deporte, el coraje y las ganas de hacerlo bien son capaces de tumbar a cualquier presupuesto millonario ¡¡Qué bonito es el fútbol!!
Aquella gesta copera supuso un antes y un después para el modesto club soriano. En apenas 3 años pasarían de jugar en 2ªB a disputar su primera campaña en la Liga de las Estrellas.
Un modelo deportivo y económico que desde hace más de 20 años ha traído muchas alegrías a los sorianos ¡¡Aúpa Numancia, viva la resistencia numantina!!