Tras debutar en el primer equipo de la mano Louis Van Gaal en 1999, poco a poco se fue afianzando en la primera plantilla.
Sus inicios en la élite coincidieron con una época difícil en el FC Barcelona, pero en la que se pusieron los cimientos de la etapa más gloriosa de la historia del club.
En aquellas primeras actuaciones, tanto con el neerlandés como con Charly Rexach, no actuó en el centro de la zaga como en la mayoría de su carrera, lo hizo como carrilero de largo recorrido por la banda derecha.
Puyol fue un referente táctico y físico, con un carácter ganador que pronto le hizo destacar sobre los demás, además de convertirle en uno de los jugadores más queridos por los aficionados.
Con «La Roja» también vivió su época dorada, formando parte de la mejor camada de futbolistas españoles de la historia.
Nunca se prodigó especialmente como goleador, pero a lo largo de su carrera nos dejó varios muy buenos y algunos importantísimos.
El primer gol de Puyol con la camiseta del equipo de sus amores llegó el 11 de noviembre de 2001 en el Camp Nou, en el duelo ante el Real Valladolid que terminó 4-0 a favor de los locales.
Fue el 2-0 y es un buen ejemplo de las cualidades del gran capitán culé, derroche físico sin descanso, nunca escatimó una carrera.
A pesar de no ser especialmente alto (1,78) fue un coloso del juego aéreo, aportando en ambas áreas. Un personaje ilustre que será siempre recordado en Barcelona, una enseña del club.