El “`Potrillo” también es el segundo máximo realizador de la Copa Libertadores, solo por detrás de otro mito de Peñarol, el ecuatoriano Alberto Spencer.
Desde su fichaje procedente de River Plate en 1973 se convirtió en el gran referente de los “aurinegros”, que gracias a sus goles alzaron 5 Campeonatos Uruguayos.
La marcha del ídolo
Su alto rendimiento hizo inevitable que Fernando Morena “cruzase el charco” para jugar en el fútbol europeo. Sucedió en 1979. Fueron dos temporadas en las que vistió la camiseta de Rayo Vallecano y Valencia CF, donde compartió delantera nada más y nada menos que con Mario Kempes.
Con los che marcó el tanto que dio al club su primera Supercopa de Europa ante el Nottingham Forest y fue el máximo goleador del club aquel año con 24 tantos.
Su estancia en Europa coincidió con un año aciago para Peñarol que no solo no rascó metal, además vio como su eterno rival, Nacional de Football se hizo con el dominio no solo del fútbol uruguayo, sino también sudamericano, conquistando en 1980 el campeonato doméstico, así como su segunda Copa Libertadores y Copa Intercontinental.
El regreso más esperado
Peñarol necesitaba un golpe de timón para cambiar su rumbo y rápidamente pensaron en Fernando Morena, pero tenían un grave problema. No disponían de dinero para acometer el fichaje.
Los hinchas carboneros iniciaron la campaña “A Morena lo traemos todos” y así fue. Necesitaban un millón de dólares y entre los aficionados reunieron el dinero necesario par añadir a lo que tenía el club, logrando el regreso del ídolo .
El recibimiento en Montevideo fue espectacular, una masa de aficionados acompañó a Fernando Morena desde el aeropuerto hasta el Estadio Centenario.
En aquella colecta cada uno puso lo que buenamente pudo, ya que, muchos aficionados era de clase humilde y Fernando Morena, como no podía ser de otra forma devolvió el cariño haciendo lo que mejor sabía, marcar goles.
Esos tantos de “Nando” sirvieron para lograr otros dos Campeonatos Uruguayos, pero el más especial fue el que logró el 30 de noviembre de 1982 ante Cobreloa en el Estadio Nacional de Santiago de Chile, que significó la cuarta Copa Libertadores para Peñarol, un título que llevaban 16 años sin levantar y que agrandó aún más la leyenda de Fernando Morena.
Tras un breve paso por Boca Juniors uno de los mejores delanteros uruguayos de todos los tiempos colgó las botas en 1984 en el club de sus amores.