Lo impredecible del mercado
Que si el fax que no llega y De Gea se queda colgado en Manchester, culebrones como el de Ronaldo que se cierran a escasos minutos del cierre o el Rivaldo de turno por el que pagan la cláusula, dejando al Deportivo de La Coruña sin tiempo de reacción.
Este 2021 ha sido un mercado raro, marcado por el culebrón Mbappé, pero sobre todo por la sorprendente (o inexistente) política de fichajes del FC Barcelona.

Ígor Korneiev uno de aquellos extraños fichajes de Cruyff para el FC Barcelona (Fuente: www.sport-express.ru)
Sin un plan definido
Los problemas económicos han obligado al club a realizar transacciones de lo más surrealista, pero en Can Barça no es la primera vez que se convierten en protagonistas por esto.
Como jugador Johan Cruyff ha sido uno de los más grandes de la historia, para convertirse después en uno de los mejores entrenadores.
Dicho esto, hay que reconocer que sus aptitudes a la hora de recomendar o pedir jugadores debemos hablar de nubes y claros.
En 1988 llegó a Barcelona tras el motín del Hesperia, y aunque algunos fichajes se atribuyen a Clemente, supo formar un gran equipo.
Su innovadora forma de entender el fútbol le obligó a buscar perfiles de jugadores no muy habituales, por no decir un tanto excéntricos.

FC Barcelona en la temporada 1988-89 (Fuente: equiposdefutbol2.blogspot.com)
Esta primera temporada no se sabe con exactitud que se encontró ya hecho y a quien pidió expresamente, pero hay un poco de todo.
Un poco de todo
Los vascos, Bakero, Txiki Beguiristain, López Rekarte o Salinas dieron un buen rendimiento.
No así las dos incorporaciones del Español, Valverde y Miquel Soler.
Mientras que Aloisio, Eusebio y algunos jugadores de la cantera, como Milla o Amor si cumplieron con las expectativas.
Mención especial al llamado “Hierro bueno”. Manolo Ruiz Hierro, es el hermano mediano de Fernando Hierro.
Ambos jugaban en el Valladolid y habían hecho una buena temporada el curso anterior.
Lo divertido de esto es que Manolo era Hierro II, ya que había jugado con su hermano Antonio en sus inicios, que era simplemente Hierro.

Manolo Hierro (1988-1989) (Fuente: www.pinterest.es)
Manolo fichó por el club blaugrana y acabaría siendo cedido al Betis, con el que descendió.
Fernando, conocido como Hierro III, jugaría una temporada más en Pucela antes de partir rumbo a Madrid, donde se convertiría simplemente en Hierro al eclipsar a los otros dos.
Pero sin duda “el fichaje estrella” de esa temporada llegó en diciembre y esta vez si por petición expresa de Cruyff, el mítico Romerito.
Ese es sin duda el primer fiasco, en cuanto a fichaje se refiere, con la firma de Johan Cruyff.
La temporada siguiente acertó de pleno con las incorporaciones de la base del “Dream Team”, Koeman y Laudrup.
La 90-91 comenzó la historia gloriosa del Barcelona, donde el Dream Team desbancó a la “Quinta del Buitre” y dio lugar a 4 ligas consecutivas.
Hasta ese momento el mejor ciclo ganador del club, sin olvidar la primera copa de Europa culé de 1992.

Laudrup, Hristo Stoichkov y Ronald Koeman, seguramente los mejores fichajes de Cruyff. (Fuente: twitter)
Pero a pesar de todos estos éxitos los patinazos en la secretaría técnica del club no desaparecieron, atribuidos a Johan Cruyff.
Esa temporada se había incorporado Stoichkov, pero sin duda la cruz sería recuperar a su yerno a Angoy del Logroñés.
Los éxitos y los aciertos, como Romario, fueron tapando los fiascos y las excentricidades de “El Flaco”
Casos como Witschge, Goran Vučević, Ekelund, que iban para estrella y tuvieron un papel un tanto discreto como blaugrana.
El final de la 93-94 significó el fin del Dream Team, con la derrota por 4-0 frente al Milán de Capello en la final de copa de Europa como traca final.
Fichajes a granel
Ese verano se inició una revolución en la plantilla culé que no dejó indiferente a nadie.
Habían salido vacas sagradas como Zubizarreta, Julio Salinas y sobre todo Laudrup, al eterno rival.
Una vez más las incorporaciones fuero cuanto menos excéntricas.
Abelardo sin duda fue el mayor acierto y Gica Hagi, ex vikingo, venía a devolver la moneda del danés en el Bernabeu, aunque ni por asomo se parecía.
El resto no sabría ni catalogarlo.

El Barcelona de entreguerras de la 94-95. (Fuente: www.marca.com)
En un nuevo episodio de nepotismo, promocionó a su hijo Jordi del filial.
Del Logroñés reclutó a Lopetegui, canterano blanco y con una modesta carrera bajos los palos.
Xavi Eskurza del Athletic, centrocampista que ni por asomo cumplió con las expectativas generadas dado el valor de su fichaje. Salió a final de temporada.
Sorprendente fue la recuperación de Sanchez Jara, canterano culé que llevaba un par de temporadas en Osasuna con un papel discreto en el mejor de los casos.
Pero la palma sin duda se la lleva Xavi Escaich y Korneiev.
El primero había sido delantero perico hasta acabar en el Sporting de Gijón, 14º clasificado, causa a la que había aportado la friolera de 8 goles.
Mismos goles que había aportado Korneiev a los vecinos pericos.
Ambos debían suplir la salida de Julio Salinas y por asomo se acercaron a ello.
Ninguno de los dos, ni Sanchez Jara tenían nivel para competir por los títulos como se espera de un equipo de tal grandeza.

Geli, Lopetegui, Cruyff, Nuñez y Abelardo (arriba). Hagi, Sánchez Jara y Escaich (abajo) el verano de 1994. (Fuente: Twitter)
Lo que mal empieza…
Además, la presencia de sus familiares en la primera plantilla, que hay que reconocer que tampoco desentonaron visto el rendimiento general, siempre se usó como arma contra Cruyff.
El 5-0 del Bernabeu o el del Sardinero acabaron por erosionar enormemente su prestigio y acabaría dejando el club en 1996.
Así acabó la bonita historia de amor entre Johan Cruyff y el Barcelona, que, a pesar de todo, nunca dejaron de proclamarse su amor “eterno” a los cuatro vientos.
Te faltó el dúo Cela-Ivan Iglesias, del Sporting. Cela tenía mucha calidad, pero si en Gijón solo había estado una temporada con una participación muy intermitente quedando el equipo 13° en la 92/93… No sé, igual hubiera sido más lógico fichar a Manjarín, que se fue al Deportivo. Iván parecía que iba a ser una estrella, pero acabó estrellado.