Carlos Roa en la cúspide de su carrera rechazó fichar por el Manchester United para abrazar su fe, que le impedía trabajar los sábados, pero apenas nueve meses después de dejarlo regresó a los terrenos de juego.
El zaguero Chase Hilgenbrinck jugó en varios clubes estadounidenses, hasta que a los 26 años escuchó la llamada de Dios y decidió hacerse sacerdote.
Algo similar le ocurrió al atacante irlandés Philip Mulryne, con escasas oportunidades en el mítico Manchester United de la “Class of 92”, jugó en el Norwich City y Leyton Orient. Con 30 años se retiró para ordenarse sacerdote.
Ha habido otros casos, que no llegando a tal extremo han tenido alguna que otra discrepancia entre fútbol y religión. El guardameta Dudu Aouate, futbolista israelí con más partidos en la Liga Española, fue duramente criticado por sus paisanos por jugar durante la festividad religiosa del Yom Kippur.

Haim Revivo, el futbolista que cambió los horarios de la Liga Española (Fuente: www.moiceleste.com)
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