Carlos Roa en la cúspide de su carrera rechazó fichar por el Manchester United para abrazar su fe, que le impedía trabajar los sábados, pero apenas nueve meses después de dejarlo regresó a los terrenos de juego.
El zaguero Chase Hilgenbrinck jugó en varios clubes estadounidenses, hasta que a los 26 años escuchó la llamada de Dios y decidió hacerse sacerdote.
Algo similar le ocurrió al atacante irlandés Philip Mulryne, con escasas oportunidades en el mítico Manchester United de la “Class of 92”, jugó en el Norwich City y Leyton Orient. Con 30 años se retiró para ordenarse sacerdote.
Ha habido otros casos, que no llegando a tal extremo han tenido alguna que otra discrepancia entre fútbol y religión. El guardameta Dudu Aouate, futbolista israelí con más partidos en la Liga Española, fue duramente criticado por sus paisanos por jugar durante la festividad religiosa del Yom Kippur.
Cuestión de fe
Taribo West, al que recordaréis por sus coloridos y estrambóticos peinados, fue un fijo en banda izquierda del Inter de Milán durante dos temporadas, hasta la llegada de Marcelo Lippi al banquillo.
El zaguero nigeriano le dijo durante un entrenamiento: “Dios me ha dicho que debo jugar”, a lo que cuentan que Lippi respondió: “Pues es raro, porque a mí no me ha dicho nada”.
Poco después se mudó de equipo, pero no de ciudad, jugando en San Siro para el AC Milan. En ese momento empezó a compaginar el fútbol con su labor como pastor de la Iglesia Evangélica Pentecostal y más de un domingo tuvo visitantes ilustres como Christian Vieri o Ronaldo Nazario.
En 2006 los medios italianos informaron que Lee Young-Pyo, por entonces en el Tottenham Hotspur, rechazó fichar por la AS Roma por motivos religiosos, aunque posteriormente el futbolista lo negó en rueda de prensa y alegó que fue por otras circunstancias que no quiso desvelar.
Símbolos que chocan con las creencias
Durante su etapa en el Sevilla FC Frederic Kanouté tuvo un conflicto con el club por la publicidad que lucía en su camiseta, ya que, las casas de apuestas son algo prohibido por el Islam.
En algunos partidos lo tapó con esparadrapo, pero el patrocinador se quejó y tuvo que transigir a regañadientes. Cosas de la vida, el club hispalense fue el primero de la Liga en llevar el logo de una casa de apuestas allá por 2006. En la temporada 2019-2020, 19 de los 20 equipos de Primera División lucían este tipo de publicidad en sus camisetas.
Anthony de Ávila “El Pipa” es uno de los grandes iconos del América de Cali, donde jugó durante 16 años y es su máximo goleador histórico con 208 tantos.
Firme devoto cristiano, tapaba el diablo que aparecía en el escudo de este equipo colombiano. Los directivos decidieron eliminar esta figura que había acompañado al club desde la década de 1940, pero el diablo volvió a su escudo en 2010 tras su descenso a Primera B.
A vueltas con los horarios
En 1996 Haim Revivo fichó por el Celta de Vigo. Fue el primer futbolista israelí en la Liga Española y con su zurda prodigiosa jugó 153 partidos y anotó 30 goles en cuatro campañas en Galicia.
En la jornada 4 el Real Betis visitó Balaídos, pero una semana antes surgió un problema con los horarios de la Liga para dicho encuentro.
El encuentro estaba fijado para las 8 de la tarde del domingo 22 de septiembre, apenas media hora después del inicio del Yom Kippur o Día del Perdón.
Revivo incluyó una cláusula en su contrato por la cual debía cumplir con sus obligaciones religiosas. El futbolista llegó a consultar con un rabino que le comunicó que antes del anochecer tenía que estar en su domicilio para cumplir con el recogimiento, rezo y ayuno.
El Celta solicitó disputar el partido al sábado, pero la Liga no transigió y solo dejó adelantar dos horas el encuentro para que el israelí pudiera participar. El equipo celeste que empezó renqueante la temporada terminó cayendo 0-2 ante los verdiblancos.