Tras su abrupta salida en 2006, Florentino Pérez regresaba a la presidencia del club blanco ese mismo verano.
De su mano aterrizaron en el Santiago Bernabéu, Cristiano Ronaldo, Benzema, Xabi Alonso, Albiol, Arbeloa y Kaká entre otros.
Uno de los damnificados de aquel cambio en el palco merengue, para hacer hueco y sobre todo caja, fue Arjen Robben.
Tras dos temporadas no había dejado buen sabor de boca, ya que, las lesiones lastraron su rendimiento y apenas tuvo continuidad.
Esta fue una de las últimas veces que vistió la camiseta del Real Madrid, ya que, salió a finales de ese mes rumbo al Bayern de Munich. Como carta de despedida dejó este autentico golazo.
En Múnich tuvo muchísima más continuidad y su rendimiento aumentó notablemente. Circula el rumor que sus lesiones desaparecieron gracias a la ayuda del psicólogo del club bávaro.
Entre sus terapias destacaba la utilización de forma habitual de calentadores. Sea como fuere allí jugó hasta los 35 años mostrando el nivel que había apuntado durante su juventud y ayudando a la conquista de una veintena de títulos para los bávaros.