A pesar de haber caído en cuartos de final en Chile 1962, los leones llegaban a su puesta de largo con la moral por las nubes. En lo deportivo, presentaban un combinado bastante potente, pero con la responsabilidad (presión) de desempeñar un buen papel ante su exigente público.
Por primera vez un Mundial contaba con una mascota, que como no podía ser de otra forma era un león, Willie. También fue el primero que se retransmitió para todo el mundo por televisión. Hay que reconocer que los ingleses son los reyes del marketing.
Como medida promocional, se exhibiría el trofeo, la extinta copa Jules Rimet, en un centro comercial de Londres.
Se decía que bajo unas férreas medidas de seguridad, que no tardaron mucho en quedar en entredicho. El 20 de marzo el trofeo era robado, mientras el septuagenario guarda de seguridad que lo custodiaba, hacía un descanso para cenar.
La cosa se torcía para los locales y esto aún ni había empezado. Todos los periódicos del mundo se hacían eco de aquella desaparición y ridiculizaban la organización británica.
A los 8 días, David Corbett entregaba el trofeo a las autoridades. Su perro Pickles lo había encontrado un paquete envuelto en papel de periódico.
Si bien en un principio se convirtió en el principal sospechoso, al poco se le reconoció como héroe nacional. Fue recompensado con 1500£, además de pienso de por vida para su mascota.
El gol de la discordia
En lo deportivo la cosa fue bastante mejor para los locales. Tras quedar primeros en su grupo con dos victorias y un empate, derrotaron a Argentina en cuartos de final para verse las caras con la poderosa Portugal de Eusebio, “La Pantera Negra”, en semis.
A pesar de ser pichichi del Mundial con 9 tantos, sucumbió ante los ingleses por 2-1. Gracias en gran medida a Stiles, que secó completamente a Eusebio en un marcaje de esos que hacen época. Más adelante hablaremos del excepcional jugador portugués que se merece un monográfico.
En la final se enfrentaban a la todopoderosa Alemania Federal. Los germanos habían dejado atrás a la URSS de Yashin en semis y tenían un muy buen equipo con el mítico Franz Beckenbauer, “El Kaiser”, en plena eclosión.
Ese que sería futuro Balón de Oro en 1972 y 1976 empezaba aquí a hacer sus primeros pinitos como estrella mundial.
Los germanos, haciendo gala del tópico de que los alemanes nunca se rinden y juegan hasta el final. Lograron el empate en el 89´, igualando los tantos iniciales de Hurst y Peters. Por primera vez la final de un Mundial llegaba a la prórroga.
Pero en el 101 de nuevo Hurst la montaba, y nunca mejor dicho…
Ahora el centro de todas las miradas era el juez de línea soviético Tofiq Bakhramov, que dio por válido el gol que adelantaba a los leones. Este se considera uno de los errores arbitrales más garrafales del fútbol mundial.
Los inventores tocan el cielo
Finalmente Geoff Hurst marcaría uno más, el 4-2 definitivo que le encumbra como único jugador en marcar 3 goles en una final de Mundial, pero como dijo el seleccionador alemán, que por cierto admitió no estar seguro de si entro o no, “3-2 era suficiente”.
Esa tarde en Wembley, la reina Isabel II entregaba al capitán Bobby Moore, la que es hasta la fecha es la única Copa del Mundo para la selección de los tres leones.
Como curiosidad diré que esa no fue la imagen más popular de la final, mérito que le arrebató la imagen del desdentado Stiles saltando y bailando con la dentadura postiza en la mano durante las celebraciones.
Pickles, el héroe perruno, estuvo presente en la celebración y fue levantado por el propio Moore durante ésta.
Leyendas del fútbol inglés
En cuanto al combinado inglés, todos son recordados por la hazaña conseguida, el mencionado Geoff Hurst, el perro de presa Stiles, Peters o el seleccionador Ramsey.
Merece mención especial Bobby Charlton, miembro de la United Trinity, junto a Best y Law y, superviviente del desastre aéreo de Munich en 1958. Sin olvidar que fue el Balón de Oro del año 66.
Aquel jugador que desbordaba clase y tenía un cañón en su pierna, estrella en su club y en su selección. Sir Bobby Charlton sigue siendo hoy día una eminencia.
Otro de los que merecen una mención especial es el defensa central Bobby Moore. Alto, espigado y muy rápido, nada tenía que ver con los defensas de la época.
Fue el eterno capitán, uno de los mejores centrales de la historia y sin duda el mejor central inglés de todos los tiempos. Participó en la famosa película «Evasión o Victoria» de 1981.
Vivió una historia personal muy curiosa, que me guardo para otro día porque es larga (prometido). La estatua que conmemora el mundial en Wembley le define así: “Inmaculado futbolista, imperial defensa, inmortal héroe de 1966… siempre un caballero”.
El tercero en discordia es a quien quiero homenajear hoy, porque nos ha dejado este pasado martes y desde aquí le rendimos nuestro pequeño homenaje.
Más seguro que el Banco de Inglaterra
Gordon Banks, nació en Sheffield el 30 de diciembre de 1937. Debutó en el 55 en el Chesterfield, para pasar luego al Leicester en 1959. Allí haría muchas y muy buenas actuaciones, destacando como un portero de reflejos.
Esto le sirvió para salvar a su modesto club del descenso muchas veces, incluso para levantar una Carling Cup (62-63) y otra con el Stoke City (71-72). Antaño conocida como Copa de la liga.
Aunque su mayor mérito deportivo fue la Copa del Mundo del 66, no es por lo que más se le recuerda.
Una de sus imágenes mundialmente famosas fue en la que atrapa un perro que se coló en el campo. (Como Secretario con la liebre del Villamarín).
Como decimos siempre el fútbol es de imágenes y Gordon Banks tiene la suya…
Esta parada le ha valido multitud de reconocimientos, evidentemente mejor portero inglés de todos los tiempos, los ingleses no han debido tener uno bueno desde entonces.
Se le considera 2º mejor portero de la historia, sólo por detrás de Lev Yashin, la leyenda soviética. Aunque su parada a Pelé en México ’70, si se menciona casi siempre como la mejor de la historia.
La parada del siglo
Así fue, según las palabras del guardameta: «Jairzinho cruzó el balón por delante de la portería, Pelé estaba en el punto de penalti. Saltó muy muy alto…
Yo, cuando jugaba, nunca me quedaba sobre la línea de gol. Siempre tres pasos por delante. Y cuando Pelé le pegó con la cabeza picado, hacia mi derecha, tan fuerte y al palo, no me podía tirar de forma normal porque veía que el balón iba a botar antes.
Busqué una anomalía en la estirada. Me tiré en diagonal hacia atrás, anticipando cuánto iba a botar el balón y lo palmeé arriba.»
Pelé dijo de entonces “He marcado más de mil goles en mi vida, pero el que más recuerdo es el que no marqué”. El propio “O Rey” fue el encargado de descubrir, en su inauguración, la estatua de Gordon Banks en el Britannia Stadium.
Y desde aquel día en la jerga inglesa se popularizó decir algo muy fiable “As safe as the Banks of England” haciendo un juego de palabras con su apellido.
Con 35 años, en 1972 “El Chino” (apodo con el sólo le conocen los hispanohablantes) sufre un accidente de tráfico y pierde el ojo derecho.
Si muchos pensaban que era el fin de la carrera del veterano portero no fue así. Con 37 y como todo un ejemplo de superación reapareció en la Liga norteamericana. Si bien es cierto que sus mejores días en el área ya habían pasado, aguantó dos temporadas más.
Para el recuerdo de los amantes del fútbol quedan sus tardes de gloria y sus paradas imposibles. Descansa en paz Gordon Banks.
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