Durante décadas los aficionados vieron cómo se repetía una y otra vez el mantra “jugamos como nunca, perdimos como siempre”. España hacía grandes partidos pero por una cosa o por otra se atascaba en las grandes citas.
De héroe a villano
El 7 de junio de 1978 y tras haber caído ante Austria en la primera jornada, necesitaban imponerse en Mar del Plata a una de las favoritas, Brasil, si querían seguir vivos en el torneo.
Solo había un precedente favorable a los españoles, la victoria 3-1 en los octavos de final de 1934, que a día de hoy sigue siendo su único triunfo sobre la “verdeamarela” en partido oficial.
Corría el minuto 75 cuando Uría colgó la pelota desde la derecha, el portero Leao erró en su salida y Santillana con la cabeza dejó solo frente al marco a Cardeñosa, que avanzó, se lo pensó de más y cuando quiso chutar apareció Amaral para evitar el gol sobre la línea.
El rechace cayó de nuevo en los pies de Cardeñosa, que esta vez disparó con todo el alma, pero el central brasileño de nuevo repelió el balón bajo palos. Si está de no entrar….
Cosas del fútbol. De la gloria al escarnio. En pocos meses Cardeñosa pasó de ídolo a villano. Fue uno de los jugadores más destacados en la Batalla de Belgrado que clasificó a “La Furia” para aquel torneo y su clamoroso fallo les dejó con un pie fuera de él.
Aquel duelo finalizó sin goles y, pese a ganar a Suecia por la mínima en la última jornada, la victoria de Brasil contra Austria dejó a España fuera de aquella Copa del Mundo a las primeras de cambio.