El partido tendría poco que comentar si no fuera porque Zlatan Ibrahimovic anotó aquella tarde uno de los mejores goles de su carrera.
La estrella sueca de ascendencia balcánica remató acrobáticamente un rechace de Joe Hart a unos 40 metros de la portería inglesa.
Aquella chilena de Ibrahimovic podría parecer simple fuego de artificio, pero ante la incredulidad de los ingleses el esférico realizó una parábola perfecta y se alojó en la portería visitante.
El gol tuvo lugar en el tiempo añadido y significó el 4-2 definitivo.
Esta es solo una de las muchas obras de arte que nos ha dejado el prodigioso a la par que polémico atacante de Malmö.