Los palcos son lugares poco propicios para la espontaneidad, la exaltación y el júbilo. A todos aquellos representantes institucionales de equipo y selecciones se les presupone un comportamiento decoroso. Normalmente, sentados junto a los mandamases del equipo rival, deben mantener las formas y el respeto por el equipo rival. Hay
l Italia vs Brasil de la Copa del Mundo de 1982 es uno de los partidos más icónicos de la historia. Aquel día ambas selecciones nos dejaron un monumento al fútbol. Un intercambio de golpes sobre el césped de Sarriá que decantó para la “azzurra” un portentoso triplete de Paolo
ada año una famosa cadena española nos bombardea con la publicidad de sus “días de oro”, pero para semana fantástica la que se vivió en Sarriá entre el 29 de junio y el 5 de julio de 1982. El destino quiso que tres campeonas del mundo Argentina, Brasil e Italia
a decepción de la selección española en “su” Mundial estuvo a la altura de las expectativas generadas. En 1982 se convirtió en la peor anfitriona en la historia de la Copa del Mundo en un torneo en el que solo fueron capaces de ganar a Yugoslavia gracias a un polémico
a Copa del Mundo de 1982 fue una de las mayores decepciones en la historia de la selección española. Tenían un buen equipo y como (casi) siempre se dispararon las expectativas, pero la desilusión fue mayúscula cuando no pudieron pasar de la segunda fase de grupos. Los españoles se pegaron
o hay combinado nacional en el mundo que no tenga algún infausto recuerdo de algún partido a causa de una mala actuación arbitral. Por ejemplo, el libro de los agravios de los españoles tiene grabado a fuego el “atraco” de Al-Ghandour en el Mundial de 2002 o los dos “robos”
os más jóvenes pensarán que el sorteo de Champions League (la Copa de Europa de toda la vida para los románticos del fútbol) fue el más ridículo de la historia. Se equivocan. El sorteo del Mundial 1982 le supera. Y con creces. Fue una chapuza en toda regla. La organización
a celebración de Marco Tardelli está grabada en la retina de al menos una generación de amantes del fútbol. Aquella selección italiana había comenzado de manera titubeante, pasando de ronda con tres empates, pero cuando peor se le ponían las cosas, sacaba su mejor versión. Era un buen equipo y Paolo
rancia y Alemania se vieron las caras por primera vez en el partido por el tercer puesto de la Copa del Mundo de 1958. Fue un duelo espectacular en el que los galos vencieron 6-3 y Just Fontaine dejó un registro goleador que nadie ha sido capaz de batir, logró
a selección brasileña debutó en la Copa del Mundo de 1982 bajo un intenso calor en el Sánchez Pizjuán un 14 de junio ante la URSS. Los soviéticos no se lo pusieron fácil a una “verdeamarela” siempre favorita y que contaba con una de las mejores generaciones de su historia.
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