El destino quiso que tres campeonas del mundo Argentina, Brasil e Italia se viesen las caras en la segunda fase de grupos de aquel Mundial disputándose una plaza en semifinales. Un triangular que reunió 6 títulos mundiales de los 11 que se habían disputado hasta el momento.
Tres potencias futbolísticas entre las que se encontraba la vigente campeona, una albiceleste comandada por la estrella en ciernes Diego Armando Maradona. A eso se le sumaba la “verdeamarela”, siempre favorita y con futbolistas de la talla de Sócrates o Zico en su plantilla, así como una Italia que llegaba en crisis, pero que en sus peores momentos es cuando resurge y suele ofrecer su mejor versión.
Nadie lo sabía aun, pero en aquel grupo estaban las dos siguientes campeonas. Italia, que se coronó días después en el Santiago Bernabéu y Argentina que levantó su segundo entorchado en el Estadio Azteca cuatro años después.
La campeona se queda en la estacada
La semana fantástica en Sarriá arrancó con el duelo entre Italia y Argentina el 29 de junio de 1982. El del más que pegajoso marcaje de Claudio Gentile a “El Pelusa”.
El zaguero nacido en Trípoli asfixió al límite del reglamento a Maradona que, agobiado cada vez que tocó la pelota no pudo dar muestra de su enorme talento.
La “azzurra” logró su primera victoria en el torneo gracias a los goles de Tardelli (56’) y Cabrini (66’). Passarella le dio emoción con su tanto en el 83’, pero los transalpinos se llevaron los tres puntos dejando a la vigente campeona fuera del torneo.
Superclásico en Sarriá
Brasil se marcó una primorosa primera fase, ganando con polémica a la URSS y arrollando tanto a Escocia como Nueva Zelanda para espantar los fantasmas de las dos anteriores ediciones con un fútbol tan brillante como efectivo.
El 2 de julio de 1982 dieron rienda suelta a todo su talento para llevarse el Superclásico de las Américas. A los 11 minutos ya mandaba en el marcador gracias a Zico y en la segunda mitad llegaron los tantos de Serginho y Júnior para darle la puntilla a la albiceleste.
A un minuto para el final Ramón Diaz logró el tanto de la honra. Poco antes Maradona se autoexpulsó con un plantillazo a Batista que supuso su única roja vistiendo la camiseta de Argentina.
El broche perfecto
Tres días después de aquel maravilloso Superclásico se cerró el “triangular” de Sarriá con uno de los mejores duelos en la historia de la Copa del Mundo. El Italia vs Brasil de 1982.
Después de una floja primera fase con tres empates ante Polonia, Perú y Camerún, la “azzurra” disipó la bruma con una victoria de prestigio frente a Argentina. Debido al gol average necesitaba el triunfo contra Brasil para alcanzar las semifinales.
Por su parte la “canarinha” contaba por victoria sus partidos en el torneo y ya era la gran favorita para alzarse con el trofeo. Un empate les bastaba para estar en la siguiente ronda.
Lo que se vio sobre el césped de Sarriá la tarde del 5 de julio de 1982 fue una oda al fútbol, pese a ello algunos se empeñan en asegurar que el resultado final fue injusto.
Hubo de todo. Alternativas en el marcador. Dos estilos de juego antagónicos y sobre todo ello sobresalió la figura de Paolo Rossi, que con su certero hat trick otorgó el triunfo a su selección.
A los 5 minutos abrió el marcador. En el 12’ empató Sócrates con una obra de arte y antes del descanso el ariete toscano adelantó de nuevo a los suyos. Falcao igualó la contienda en el 68’ y seis minutos después Rossi hizo el definitivo 3-2.
Italia supo agarrarse a un clavo ardiendo, mientras que la ambición ofensiva de Brasil le pasó factura. A veces en el futbol hay que saber nadar y guardar la ropa, al fin y al cabo en este juego lo único que importa es marcar un gol más que el adversario.
Sarriá dictó sentencia y contra todo pronóstico la gran favorita y la que mejor fútbol practicó en el torneo quedó apeada por el indomable carácter competitivo de los italianos. Fue el broche perfecto a la semana fantástica en el estadio barcelonés.