El fin de la Segunda Guerra Mundial en 1945 supuso importantes cambios en el mapa político mundial.
En el Viejo Continente bailaron infinidad de fronteras por la creación de nuevos estados y la modificación de los ya existentes con el fin de premiar a vencedores y castigar a los vencidos.
Durante la Guerra Fría Europa quedó dividida en dos por el denominado Telón de Acero. La mitad oriental o comunista quedó bajo influencia de la URSS y la mitad occidental o capitalista bajo la de Estados Unidos.
Alemania, principal responsable del conflicto, sufrió las peores consecuencias. Vio reducido su territorio en más de 100.000 km2, el país fue seccionado en dos y su capital, Berlín, dividida en cuatro zonas de ocupación.

Dinamo de Berlín, el «equipo de la Stasi», en 1979 (Fuente: esacademic.com)
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