Tampoco es que la respuesta sea incorrecta, pero si reconocemos al técnico holandés como padre de este estilo de juego, Viktor Maslov sería el abuelo.
Es difícil atribuir rotundamente la autoría de estas cosas a una sola persona o a un momento en concreto, pero lo que parece claro es que el técnico holandés se basó en las teorías futbolísticas del ruso.
Un visionario del fútbol
Viktor Maslov nació en la Rusia de los zares en 1910. Desarrolló la mayor parte de su carrera en el Torpedo Moscú, equipo ligado a la empresa automovilística ZIL.
En el equipo de su vida arrancó también su carrera como entrenador tras finalizar Segunda Guerra Mundial.
Entonces el Torpedo de Moscú seguía siendo un equipo modesto, que aún no había logrado llevar ningún trofeo a sus vitrinas. Con él en el banquillo levantaron su primera Copa de la URSS en 1952.
De aquel equipo formaba parte el «niño de la guerra» Agustín Gómez Pagola y, los tiempos más dorados de este club moscovita coinciden en el tiempo con la irrupción de Eduard Streltsov, “El Pelé ruso”, que jugó durante once años separados por un periplo de seis años en los que fue recluido en un gulag e inhabilitado para la práctica del fútbol.
Padre del 4-4-2
Pero el arcaico estilo de juego de aquel equipo nada tenía que ver con el “fútbol total” del que estamos hablando. La gran revelación de Viktor Maslov llegó durante el Mundial de 1958, al que asistió como espectador.
Desde hacía tres décadas el sistema más utilizado era la WM, el 3-2-2-3. En aquel torneo Brasil adoptó un 4-2-4, una evolución natural del anterior adaptada al carácter ofensivo y poco rigor táctico de los jugadores, más que por la voluntad del entrenador.
Este sistema fue desarrollado por los denominados «Magiares Mágicos» que deslumbraron durante la década de 1950 y son conocidos como los campeones sin corona.
Viktor Maslov vio a aquel Brasil de los Pelé, Garrincha y compañía, que le inspiraron para cambiar su forma de ver el fútbol.
Así inventó el 4-4-2, convirtiendo a los extremos en centrocampistas, que contribuían en labores defensivas. Hasta entonces se utilizaba exclusivamente el marcaje al hombre, que según él, degradaba al jugador, haciéndole correr detrás de otro individuo.
Introdujo la defensa en zona, mucho más exigente a nivel táctico y que requiere de mayor compenetración como equipo. De este cambio de paradigma nació la presión en bloque al rival.
Implantar estas ideas exigía una muy buena condición física por lo que empezó a dar importancia a aspectos como la preparación física y la alimentación, que hasta entonces apenas se tenían en cuenta.
Revolucionando el fútbol
Todas estas innovaciones dieron sus frutos y el Torpedo de Moscú logró en 1960 el primer doblete de su historia. Una Liga de la URSS y Copa de la Unión Soviética que le reportaron el reconocimiento internacional.
En 1964 llegó al Dinamo de Kiev, donde encontró una gran camada de futbolistas que le permitieron explotar al máximo sus ideas y que conquistaron 5 títulos en 6 años, convirtiéndose en el equipo de referencia en el fútbol soviético de la época.
Para ponernos en situación hay que tener en cuenta que hasta 1961 ningún equipo de fuera de Moscú había ganado la Liga Soviética. Además los ucranianos lo hicieron con un fútbol que enamoraba.
En 1966 firmaron un doblete histórico y revalidaron el campeonato los dos años siguientes. Por su parte Viktor Maslov fue despedido en 1970 durante un viaje del equipo a Moscú, según contaron para evitar las airadas protestas de los hinchas del Dinamo de Kiev.
Legado imborrable
Cuando Viktor Maslov se hizo cargo del equipo ucraniano la sala de trofeos del club solo lucía una Liga y una Copa, solo seis años después había conseguido casi triplicar sus títulos, además practicando un fútbol delicioso.
Suyas fueron las bases del equipo que heredó como técnico el más díscolo de sus pupilos, Valeri Lobanovski, quien en la década de 1970 dio repercusión internacional al Dinamo de Kiev, además de convertirlo en el club más grande de la Unión Soviética.