Tiene el privilegio de ser el único futbolista argentino que ha ganado las dos Copas del Mundo que ha día de hoy tiene la albiceleste.
A pesar de su corta estatura para ser central, 1,73m, su potente salto le permitió gozar de un gran juego aéreo durante toda su carrera. Gracias a eso consiguió un gran numero de goles, pero sin duda su gran virtud ofensiva fue el golpeo a balón parado.
A día de hoy es el segundo defensa con más goles en su haber (175), solo por detrás de Ronald Koeman (253).
A pesar de haber sido hincha de Boca Juniors durante su infancia, se convirtió en ídolo del eterno rival, River Plate.
Con la camiseta de los «Millonarios» logró la la friolera de 101 goles. Tras 6 años en Italia jugando para Fiorentina e Inter de Milán, en 1988 regresó al club de sus amores para retirarse.
Entre el primer gol de Passarella ante Argentinos Juniors y el último con la camiseta de River, pasaron la friolera de 15 años.
El 5 de febrero de 1989 River visitó la La Bombonera, en una nueva edición del Superclásico del fútbol argentino en el que sucedió algo de lo más surrealista.
Passarella logró su gol 100 con la camiseta de River de libre directo, pero el árbitro sorprendentemente anuló el gol dejándole para siempre con 99.
Curiosamente, fue el mismo árbitro y supuesto seguidor de Boca, le expulsó en el último partido de su carrera.