Si hay una palabra que defina la vida de Paco Bru creo que la más acertada sería “polifacético”.
Aunque hoy en día no es una figura especialmente conocida, en su día fue uno de los más importantes personajes del panorama futbolístico español.
Nacido en 1885, para unas fuentes en Manila, capital de Filipinas, colonia española en aquel momento y para otros en Madrid.
Lo cierto es que pasó los primeros años de si vida en Filipinas, para volver a Barcelona tras el desastre del 98 y la pérdida de la colonia.
El Paco Bru jugador
Allí comenzó jugando al fútbol hasta llegar a jugar con el FC Internacional de Barcelona.
Como jugador, Bru era un defensor aguerrido y contundentes, de esos de toda la vida, más de brega que de magia.
Con Internacional levantó una copa Torino y en 1906 fichó por un incipiente FC Barcelona.
Con el club blaugrana llegó a ser capitán y consiguió los mayores hitos de su carrera, como la primera copa del Rey del equipo, en 1910.
Formó parte de “el Barcelona de las 10 copas” Campeonatos de Cataluña, copas de España y Pirineos.
Después fichó por el Español de Barcelona con quienes conquisto otro par de campeonatos de Cataluña.
Su última temporada, tal vez más por nostalgia que por juego, fue la de su regreso al Barcelona, en 1915.
Cumplida ya la treintena, apenas jugó, pero era una forma de despedirse.
Detrás quedaban esos 201 partidos y sus 13 goles como culé.
Innovando en el fútbol
Sus últimos años había compaginado jugar con entrenar y desde 1914 dirigió a las conocidas como Spanish Girls, un equipo femenino de fútbol.
Este fue el primer equipo femenino de fútbol y se dedicaron a jugar partidos benéficos con el fin de recaudar fondos contra la tuberculosos.
Del banco al periodismo
Cuando colgó las botas buscó una forma de permanecer todo lo cerca posible de su pasión, de esta forma llegó al Mundo Deportivo.
Donde comenzó a escribir la crónica de los partidos para el diario deportivo.
Así llegó la surrealista escena acaecida en la conocida como batalla de clásicos de 1916.
El partido de vuelta se jugaba en el estadio del Atlético de Madrid, en la ida habían vencido los culés en el campo del Español de Barcelona.
El ambiente estaba muy crispado para unos por la excisa dureza de los blancos permitida por el colegiado, para los que el segundo gol blaugrana nunca debió subir al marcador.
Poco antes de iniciarse el partido se sabe que el Barcelona alineará solo 9 jugadores, ya que dos de los suyos no llegan a tiempo por un retraso en el tren.
El partido comenzó sin Vinyals y Massan y poco antes del descanso Paco Bru, que estaba en la grada enseñó su carné de socio del Barcelona, se vistió de corto y entró al terreno de juego.
Esto era posible entonces, ya que solo era necesario ser socio de un club para poder ser alineado.
El partido se decantó del lado blanco y los enfrentamientos para dictaminar al campeón de copa debieron continuar hasta desempatar.
Hasta árbitro
Si ya hemos comentado al Paco Bru jugador, al entrenador y al reportero, también está el Paco Bru árbitro.
Comenzando dichas labores en torno a 1916 y llegando a ser presidente del comité arbitral de Cataluña.
Se cuenta que tenía por costumbre arbitrar los partidos llevando un revolver en el pantalón y que no tenía ningún remilgo a la hora de enseñarlo si era necesario para impartir justicia.
«Podemos hacer dos cosas, o terminamos con el partido otro día o mañana unos cuantos salimos en las necrológicas».
Todo un caso el señor Bru.
Como seleccionador
Su faceta como entrenador no acabó ahí, con las chicas, después dirigió a la primera selección española.
De hecho fue el quien se proclamaría campeón en los juegos olímpicos de Amberes en 1920.
Tuvo que luchar contra viento y marea para armar aquel equipo, más criticado que el de Luis Enrique.
Que si no había madrileños, que si iba Zamora, que si demasiados vascos, que si como van a entrenar antes de ir…
Luego el tema de “los cuartos”, el estado no quiso financiar la expedición y finalmente el propio Bru convenció al Marques de Villamayor para que arrimara 25 mil duros de su bolsillo.
El resto ya es la historia gloriosa del fútbol español, “a mi Sabino, que los arroyo” y que si el oro olímpico.
Después dirigiría al Español, con el que hizo una gira americana por Argentina, Uruguay, Chile y Cuba.
Aunque le ofrecieron dirigir a la selección de Perú, se quedó en cuba, dirigiendo al Club Juventud Asturias.
Después si dirigiría a la selección peruana, nada menos que en el Mundial de Uruguay de 1930.
Luego volvió a España y dirigió al mítico Racing de Madrid y su fatídica gira americana.
Sería fundamental, sabiéndolo o no, en el golpe de estado de Perú.
Seguiría entrenando casi hasta los 602, pasando por Real Madrid, Girona o Granada.
Su homenaje llegaría a los 75 años, en 1960.
Seleccionó jugadores para ambos equipos y recibió así el merecido homenaje.
Finalmente, el hombre más polifacético del futbol español dejo este mundo en 1962.