- Nombre: Enrique Martín Monreal
- Nacionalidad: Español
- Posición: Delantero
- Años en activo: 11
- Palmarés como jugador: –
- Distinciones individuales: Entrenador del mes en la Liga Española (septiembre 2015, junio 2016)
Enrique Martín Monreal es una de las grandes leyendas de Club Atlético Osasuna, equipo al que le fue fiel durante toda su carrera (1977-1988).
El ataque que formó junto a Patxi Iriguíbel y José Manuel Echeverría ayudo a consolidar a los “rojillos” en Primera División en la década de los 80. Curiosamente los tres anotaron la misma cantidad de goles en la élite del fútbol, 36.
“La Bruja de Campanas”
Cuentan que en 1982 Osasuna rechazó una cuantiosa oferta de 80 millones de las antiguas pesetas del Real Madrid para hacerse con los servicios de Enrique Martín Monreal al que cariñosamente apodaron “La Bruja de Campanas”.
Jugó 3 de los 4 partidos que los pamplonicas disputaron en su primera presencia en la Copa de la UEFA en la temporada 1985-1986. De hecho su presencia fue de vital importancia en la primera eliminatoria en la que marcó en la victoria 2-0 ante el Rangers en El Sadar.
Fue dos veces internacional España de la mano del por entonces seleccionador Miguel Muñoz.
En su longeva carrera como entrenador Enrique Martín Monreal no ha sido un One Club Man como en su etapa de futbolista. Ha dirigido en varias ocasiones tanto al filial como al primer equipo de Osasuna, así como a CD Leganés, Burgos CF, Terrassa FC, Xerez CD, CD Numancia, Albacete Balompié, Gimnàstic de Tarragona y Córdoba CF.
Durante en su etapa en el equipo “pepinero” dejó una de las anécdotas más curiosas en la historia del fútbol español. Pasadas varias jornadas su equipo no conocía la victoria y a escasos minutos para el final ganaban 1-0 al CD Badajoz.
El equipo visitante montó un contragolpe que amenazaba con igualar la contienda y Enrique Martín Monreal, ni cortó ni perezoso metió el pie para robarle la pelota al atacante pacense.
Aquella acción le costó 10 partidos de sanción y medio millón de pesetas de multa. Curiosamente el técnico navarro vivió en sus carnes una acción similar del entrenador rival dos décadas después en un duelo entre Albacete Balompié y Cultural Leonesa.