Los cambios de club del portugués a lo largo de su carrera siempre estuvieron marcados por la polémica.
Debutó con 17 años en el Sporting de Portugal, donde rápidamente se convirtió en uno de los referentes del equipo y a los 22 era uno de los centrocampistas más prometedores de Europa.
Deslumbrado por los focos
Su participación en la Copa de la UEFA de la temporada 1994-1995 le puso en el escaparate internacional.
En septiembre de 1994 visitó el Santiago Bernabéu para enfrentarse al Real Madrid en primera ronda de dicho torneo. Aquella eliminatoria levantó gran expectación en el país y los grandes del fútbol mundial pusieron sus ojos en él.
El primero en mover ficha fue la Juventus de Turín, que en octubre desde ese mismo año ya había firmado un acuerdo con el Sporting por valor de 480 millones de las antiguas pesetas.
Al parecer Figo dio su visto bueno a dicho, pero dos meses después todo cambió. A través de su representante Jose Veiga, firmó otro contrato sin contar con su club de procedencia.
Dos años de sanción en juego
El Parma solo pagaba 180 millones de pesetas porque el jugador terminaba contrato y solo debía abonar los gastos de formación.
Lisboetas y juventinos montaron en cólera y hasta el Parma asumió que tendría que intervenir la UEFA. Finalmente ambos clubes aceptaron que ninguno podría tener al jugador, que fue sancionado sin poder marcharse al calcio las dos siguientes temporadas.
Este embrollo lo aprovechó el Barcelona, que a pesar de los intereses del Real Madrid se movió más rápido que su eterno rival., también interesado en el extremo luso.
Esa temporada Valdano tuvo que conformarse con la llegada de Freddy Rincón o Dejan Petković, lo que no tardó en demostrarse que era un error.
La primera idea fue que Figo jugara cedido por el Parma en el Barcelona pero finalmente llegaron a un acuerdo para su fichaje, aunque el Parma tendría ciertas ventajas para hacerse con sus servicios en una futura operación.
El Barça pagó al Sporting de Portugal únicamente los 180 millones del canon de formación que marcaba la UEFA.
En poco tiempo Figo se convirtió en una pieza fundamental del club y la idea de dejarlo escapar rumbo a Italia quedo descartada, quisiera o no el Parma.
¿Fue el mejor destino?
No sabemos cómo habría sido el aterrizaje de Figo en Turin, que ese año se había proclamado campeón de Liga y Copa con Marcello Lippi al frente.
Los tres siguientes los bianconeri llegaron a la final de Copa de Europa, aunque solo pudieron levantar una de aquellas «orejonas».
En cuanto al Parma se encontraba en la mejor década de su historia y, tal vez su presencia le habría dado ese salto de calidad para afianzarle entre los grandes.
Años después el Real Madrid enmendó su error y acabó fichando a Figo, en un movimiento mucho más controvertido que su fichaje por el Barcelona.